abril 20, 2024
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octubre 7, 2019 | 127 vistas

Shalma Castillo.-

Cd. Victoria, Tam.-
“El propósito de la lectura no es conseguir que se vendan más libros, sino que los lectores disfruten más de la vida”, palabras del escritor británico Holbrook Jackson, con las cuales José Pablo González Sifuentes coincide totalmente.

José Pablo ha dedicado gran parte de su vida a la venta de libros, de todo tipo de género, desde infantiles hasta novelas.

Conocido en el corazón de Ciudad Victoria, la calle Hidalgo, dado que desde hace más de diez años se ha mudado a diferentes puntos de esta avenida.

“En el centro de la Ciudad tengo como diez años, desde el Cinco Hidalgo he ido avanzando hacia adelante, he estado en el Nueve Hidalgo al lado del banco, enfrente de Elektra, luego llegué hasta el Once Hidalgo y a lado del teatro”, platica.

LAS JORNADAS LABORALES

Sin importar las inclemencias del tiempo, ya sea un calor extremo o con frío, José sale a vender libros, desde las diez de la mañana llega a su punto y ahí permanece hasta las cinco de la tarde, o hasta que saque “el chivo”.

“El sol cala más de once a tres de la tarde, y cuando está muy fuerte me voy a la sombrita, me protege aquel arbolito (apunta hacia él) y hasta que haya levantado el chivo, me puedo levantar para irme a mi casa”.

Cuando llueve, apenas ve la nube y comienza a recoger los libros, para evitar que se dañen, pero en realidad, dice que disfruta de cada día; “es bonito sentir el sol, te das cuenta que estás vivo e igual el frío”.

La forma de venta es sencilla y práctica; a la parte trasera de su camioneta, le ha adaptado un techo con tubos de metal que sostienen una lona en forma de carpa, y ahí en la caja, se encuentran todos los ejemplares que tiene, algunos otros por la parte de enfrente de la unidad o bien dentro de ella, y los saca cuando preguntan por ellos.

Aproximadamente lleva 300 libros; de historia, química, matemáticas, novelas, infantiles y para todos los gustos.

Los libros tienen costo muy accesible, algunos van desde los 15 pesos, e incluso, otros hasta son regalados; “porque ya tengo muchos en mi casa y no sé qué hacer con tantos”.

Aunque dice que con el paso de los años ha generado a los clientes frecuentes, la mayoría regresa cada mes y medio, depende del libro que se lleva, porque cuando regresan es porque terminan de leer el que se llevaron y por una lectura nueva.

 

EL HÁBITO DE LEER

José lamenta que las nuevas generaciones han perdido esa costumbre, y los jóvenes de ahora “casi no leen”

La tecnología ha llegado a consumir a los libros, ahora, los jóvenes prefieren buscar todo por vía Internet.

“El hábito de leer ha ido perdiendo y los chavos ya no quieren leer, ya no quieren investigar, aquí (muestra el celular) lo traen todo, aplanan una tecla y sale toda la información y la cultura de la venta de libros ha ido decayendo, ya no se ve igual que hace diez años”.

Menciona que la mayoría de su clientela son personas que oscilan en los 50 años de edad.

Ellos, principalmente buscan literatura, novela, historia y leyenda. Cuando llegan jóvenes a pedir una pieza, sobre todo son los que están estudiando historia o matemáticas y llegan pidiendo sobre álgebra o lo relacionado a la materia.

“Digamos que al 30 por ciento de los jóvenes, todavía les gusta investigar y leer”.

Menciona que los libros más solicitados, son los de García Márquez; esos se venden como pan caliente; “se van de volada, apenas llegan y se agotan, porque es buen autor”.

 

FOMENTAR LA LECTURA EN LA NIÑEZ

Considera que es fundamental que desde temprana edad, los padres fomenten el gusto a sus hijos por la lectura.

“Para niños también hay, tengo El Principito y otras lecturas, ahorita están retomando el libro leer desde primaria porque les recomiendan leer un cuentito para renacer el hábito de la lectura”.

“Pero todo depende de los valores de los papás, si el hijo ve que el papá lee, él también va a querer hacerlo, y qué mejor que los padres sean quien se pongan a leer con ellos”.

 

A LOS LIBROS, LE DEBE TODO

Dios me ayuda.

“Dijo Dios, ayúdate que yo te ayudaré; y si te quedas en la casa no te va a caer nada, por eso salgo a vender”.

Con este negocio que ha forjado al paso de los años, las hijas mayores de José, cuentan con un estudio profesional y el más chico, cursa la prepa, a quien desde ahora, tiene advertido que debe terminar la universidad.

“Gracias a Dios de aquí es todo, he sacado a delante a mi familia, solo me falta uno que está en la prepa pero de aquí sale, le tengo que dar profesión porque no se puede dejar de sus hermanas, todas tienen profesión y él, a ver cómo le hace pero tiene que estudiar”.

El originario de la tienda del Filosofo de Güémez, tiene la firme convicción que; “Uno no está solo en esta vida y las leyes divinas protegen a los desprotegidos”, por eso, dice que seguirá con la venta de libros, confía en que las personas se interesen por retomar la cultura de leer.

 

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