abril 27, 2024
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Culiacanenses dan las gracias a las empresas que los resguardaron

octubre 19, 2019 | 4129 vistas

Detrás de toda la ola de violencia desatada el pasado jueves sobre la ciudad de Culiacán, hoy tenemos otra historia que contar, para dejar de lado lo malo que ha sucedido, para olvidarnos un ratito del problema y sobre todo conmemorar a los héroes anónimos de esta lucha.

Si algo nos representa como mexicanos es el hecho de jamás negarle la ayuda a alguien, siempre tener una mano amiga que nos ayude en algún percance y hoy les contaremos todas esas historias de esas personas que, sin pensarlo dos veces, abrieron las puertas de sus casas y negocios, para salvar a la población de esa guerra que se desató por más de 10 horas.

“Más de 50 personas y yo nos quedamos resguardadas en Aurrera Universitario. En nombre mío y de todos queremos dar un enorme y eterno agradecimiento y reconocimiento a todos los empleados. Nos brindaron comida, colchones, cobijas, agua y siempre estuvieron al pendiente de nuestro bienestar, manteniéndonos con calma. Para esto quiero usar este medio, no para contar lo terrible, porque ni explicándolo se darán una idea”.

No olvidemos que los enfrentamientos empezaron en plena luz del día, mientras las personas salían de sus empleos y recogían a sus niños, como en el testimonio siguiente:

“Yo salí del trabajo y no sabía de la situación. Iba para Walmart. Me subí en un camión Huizaches en Ley Rubí y apenas a 2 cuadras le avisaron por radio al del camión que se saliera, que estaban baleando los camiones. Se paró y nos dijo que se saldría, pero que no nos iba abandonar, que se iría todo derecho y pues la gente estresada, los niños llorando. Nos bajó a todos en Walmart México 68. Al llegar ahí corrimos por el estacionamiento porque los que cuidan los carros nos dijeron que ya tenían tomado el Parque 87, que no nos fuéramos y nos metimos al establecimiento. Para las 3:30 o 3:40 bajaron las cortinas. Mucha gente se quiso ir y se salieron. Al final quedamos 72 personas. Nos llevaron a todos hacia atrás a las bodegas porque era lo más seguro y retirado de las puertas a los comedores y oficinas. Se nos reunió a todos y desde el principio nos dijeron que era nuestra decisión, que no nos obligaban a quedarnos, pero que era lo más seguro para nosotros. Aún así la gente se salió por una puerta de emergencia y quedamos 32 entre trabajadores clientes y demostradoras. En eso momento ‘alarmaron’ la tienda y ya nadie salió. Dormimos ahí y a las 7 nos mandaron un bus y con muchísima organización nos llevaron a nuestras casas e hicieron listas con nombres, edades teléfonos por si salíamos y algo nos pasaba (salimos por gusto). Nos dijeron que no queríamos salir podíamos seguir en el establecimiento). Dieron la orden de volver con nosotros si no veíamos seguro afuera. Le agradezco a Dios que me tocó quedar en esa empresa, por mi bebé de 2 años. Esas personas hicieron una excelente labor, superorganizados y superhumanos. No tengo palabras para agradecer a cada uno de ellos.  Nos proporcionaron todo agua, cena, colchones, cobijas desayuno, hasta cepillos de dientes, juguetes. Había dos niños, el mío y otro como de 7, para que estuvieran tranquilos. Mi bebé iba saliendo de guardería y no llevaba suficientes cosas. Me dieron leche y pañales”.

Así como las tiendas departamentales, hoteles y restaurantes apoyaron a la población culiacanense

Kevin Duarte cuenta que después de correr, gritar y no saber qué pasaba, optó junto con su novia por resguardarse en el hotel Fiesta Inn. “Nos dieron asilo, una habitación para dormir, cobijas, almohadas. Unos en habitaciones, otros en los salones de eventos. Estábamos como 20 personas que no éramos huéspedes y nos apoyaron”

Y esta es la otra cara de ese día gris, esas personas que apoyaron incondicionalmente a todo aquel que lo necesitaba y que demuestra que los buenos somos más.

 

 

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