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noviembre 7, 2019 | 281 vistas

México, 7 Nov (Notimex).- La caída del Muro de Berlín significó el cambio de la historia del mundo desde hace 30 años, pero no ha llegado la etapa de paz ni prosperidad esperada, ni terminó del todo con la Guerra Fría, como tampoco ha quitado la idea de construir muros a algunos líderes políticos que regresan con nacionalismos radicales.

El 9 de noviembre de 1989 se creía que con la caída del Muro berlinés y la unificación de las Repúblicas Federal Alemana y Democrática Alemana, que implicó la caída del bloque comunista y el triunfo del capitalismo, habría progreso en el mundo. Sin embargo, persisten la pobreza y la desigualdad social.

La desaparición de tal brecha de concreto y metal cambió definitivamente el mundo. Se modificó la historia porque antes sólo parecían existir dos bandos: los países alineados al Oeste o al Este, pero después del 9 de noviembre de 1989 también se hicieron visibles las naciones del Sur, indicó a Notimex Dámaso Morales Ramírez, coordinador del Centro de Estudios Europeos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Se intentaron movimientos que evidenciaban que había otras prioridades más allá del Oeste y el Este, como enfrentar la pobreza, los países del tercer mundo, los no alineados, agregó en entrevista el experto de la citada casa de altos estudios.

Antes la lectura del mundo era más simple, Oeste y Este, recordó, pero después de la caída del Muro también ocurrieron una serie de descomposiciones académicas, teóricas y políticas que dieron paso a un mundo unipolar, donde Estados Unidos era el país poderoso.

Poco tiempo después, como un mensaje, Estados Unidos bombardeó Afganistán, algo impensable antes porque dicha nación era un protectorado de la ex Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), dijo Morales Ramírez.

Todo esto hizo pensar al mundo como un triunfo del Capitalismo, materializado en el Consenso de Washington en 1989, con un conjunto de medidas de política económica de corte neoliberal e instituciones como el Fondo Monetario Internacional (FMI), que se alinearon al entonces presidente estadounidense, Ronald Reagan, y a la primera ministra de Reino Unido, Margaret Thatcher.

Como consecuencia directa o indirecta de la desaparición del muro, el neoliberalismo ganó regímenes en países de Centro y Sudamérica, como es el caso de Argentina con Carlos Menem y en Nicaragua con Violeta Barrios de Chamorro. En fin, en diferentes países llegaron gobernantes neoliberales, comentó.

Las dos Alemanias

Morales Ramírez refirió que, a 30 años de la reunificación, ahora mismo se tienen dos nuevas Alemanias, porque hay hasta tres o cuatro regiones con diferente nivel de ingreso salarial, así como alemanes del Oeste que nunca han ido a la Alemania del Este. “A ese nivel, no conocen, no han pisado suelo alemán del Este”.

Además, hay una suerte de molestia social, porque los alemanes del Oeste se quejan de que sus impuestos tienen que mantener a esos “flojos del Este”, porque piensan que ellos están solventando con el pago de sus impuestos los programas sociales de los reunificados.

Hay unas diferencias entre las dos Alemanias, dijo, todavía hay dos en varios sentidos después del muro: social, cultural y la diferente visión que persiste.

Pero aún más, agregó, los alemanes de los países del Este resultan mejor evaluados en lo que es ciencias matemáticas, física, química, biología, como parte de aquel régimen escolar soviético que destacaba en esas materias.

La Guerra Fría nunca terminó

En otro tema, el especialista mencionó que “se habla del fin de la Guerra Fría y a lo mejor, la Guerra Fría nunca terminó. Sólo se tomó un pequeño receso”, porque regresaron los conflictos con el arribo de Vladimir Putin a Rusia, con la toma de Crimea por parte de los rusos, así como con el caso de Siria y Barack Obama.

En Latinoamérica, además, con las bases militares rusas en Nicaragua, la presencia militar de Moscú en Venezuela, en Bolivia, lo que evidencia que persiste la Guerra Fría, advirtió el también exvicepresidente de la Asociación Mexicana de Estudios Internacionales en el período 2005-2017.

Todo esto que está pasando en Europa del Este, dijo, como el desempleo, el resurgimiento de los nacionalismos, los partidos de ultraderecha que se observan en Hungría, Austria, Holanda, Suecia, Dinamarca, Polonia, Italia, en Cataluña, España, demuestra que el capitalismo no sirve, demuestra la decadencia de Occidente.

Entonces, se vive ahora una gran confusión. El régimen capitalista neoliberal tiene sus saldos negativos: mayor pobreza, 40 millones de europeos pobres, así como hay en Estados Unidos y muchos más en el mundo, puntualizó.

Por otro lado, el coordinador del Centro de Estudios Europeos de la UNAM expuso que la carrera armamentista continúa. Se ve en Corea del Norte, en la India, China, en Estados Unidos y Rusia con ensayos explosivos. Todo el mundo se fue con la lectura de que la Guerra Fría había terminado, pero evidentemente no es así.

Hay otras expresiones también de la guerra, señaló, como el surgimiento del terrorismo de tipo islámico, que ya no es el terrorismo independentista o reivindicatorio, como los que se dieron en Irlanda y en España, sino uno basado en discursos religiosos radicales.

Asimismo, se suceden discursos políticos populistas de izquierda y de derecha en todo Europa, como vemos con Boris Johnson en Reino Unido o con Jean-Marie Le Pen en Francia, que no ganó, pero obtuvo varios lugares en el parlamento, añadió.

En Sudamérica también están presentes, tanto de izquierda como de derecha. Son radicalismos que resurgen. Por eso, aseveró, al final de la caída del bloque comunista, del Muro de Berlín, “la idea de que entrábamos a una nueva era de paz y prosperidad, pues no pasó”.

Carencia de modelos alternativos

Morales Ramírez indicó que desafortunadamente no hay modelos alternativos. Los países que tienen un mayor nivel de vida en el mundo son los nórdicos, así como Suiza, Luxemburgo y Canadá. Lo que se puede ver en ellos es democracia, con una amplia participación ciudadana real.

El especialista explicó que en esas naciones no sólo jay una democracia electiva, sino una democracia realmente participativa y directa. Y lo que tenemos son Estados muy sólidos, respecto a las normas, a las leyes y a la alta democracia, destacó.

El muro de Berlín tiene mucho significado histórico. Su caída demostró que los muros no sirven, sólo estorban. En realidad, el mundo es unión, unidad y reconocimiento a la tolerancia, como se ve ahora con los festejos en Alemania y en Europa por el fin de esa barrera, sentenció Morales.

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