Agencias.-
Con espectaculares escenas de carreras y la dirección de James Mangold, este viernes llega a la cartelera del país la película “Contra lo imposible”, la cual cuenta la historia real del piloto Ken Miles interpretado por Christian Bale y del veterano diseñador de vehículos Carroll Shelby interpretado Matt Damon, que retaron en los años 60 con Ford a la todopoderosa casa italiana Ferrari en las 24 Horas de Le Mans.
“Los excéntricos son los únicos que hacen el progreso a lo largo de la historia de la humanidad”, aseguró el actor Christian Bale en una entrevista previa al estreno en Estados Unidos de la cinta. En paralelo a la acción frenética de los coches, la película explora temas como la amistad, la familia, el sacrificio y la lealtad.
La trama narra la rivalidad Ferrari-Ford y la historia del prototipo que entró en la leyenda del automovilismo. El acontecimiento sucedió en 1966 y fue un hito en la trayectoria de la empresa, con aquel coche que puso a Estados Unidos, por primera vez, en el escenario del automovilismo mundial.
Después de que fallase el intento de comprar el imperio de Enzo Ferrari, su competidor Henry Ford II le declaró la guerra y nació el proyecto Ford Total Performance; leyendas del automovilismo como Carroll Shelby, Ken Miles, Bruce McLaren y Chris Amon aprovecharon la ocasión y encabezaron la campaña.
El resultado fue el nacimiento del legendario Ford GT Mark II. La batalla estaba planeada para las 24 Horas de Le Mans 1966, considerada una de las carreras más prestigiosas del mundo. Ferrari se enfrentó a la posibilidad de quedar destronado si Ford llegaba a dominar en la pista. Sería la primera victoria estadounidense en ese match.
“Contra lo imposible”, un título que se aleja semánticamente del significado del original, mucho más directo de Ford v Ferrari, es una película como las de antes. Es una producción hollywoodense de las que pueden denominarse clásicas, en su estilo de narración y hasta en su trama, pero rodada con los avances de la tecnología actual.
Cualquier metáfora será válida para decir que esta película es un gran vehículo para dos grandes actores en la carrera del Oscar, o que detrás del volante hay un director que conduce derecho a la meta y no vuelca. O que la película marcha, toda, todo el tiempo sobre ruedas. Sin duda un filme que vale la pena ver este fin de semana.
