marzo 29, 2024
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noviembre 19, 2019 | 177 vistas

Rubén Jasso.-

Alegrías y decepciones, buenos y malos momentos, triunfos y también derrotas, es lo que ha vivido Víctor Jiménez a lo largo de cuatro décadas como aficionado de Correcaminos, ese equipo al que sigue y apoya desde que apareció en la esfera del profesionalismo, allá en los inicios de los años 80’s.

Es aficionado de “la vieja guardia”, de esos de “hueso colorado” y con un corazón del que brota un cariño y un amor infinito por ese equipo de futbol tan lleno de contrastes, pero igualmente querido por muchos.

Cada 15 días, como lo hace desde hace 39 años, don Víctor Jiménez llega puntual a la cita para ver al equipo de sus amores, por el que se alegra y por el que también entristece, por el que ha gozado y por el que ha sufrido.

Junto a su compañera de vida, Araceli Ortiz y en un lugar donde la vista hacia la cancha del estadio Marte R. Gómez es inmejorable, Víctor analiza, disfruta, alienta y a veces también se lamenta, por lo que hacen o dejan de hacer los jugadores del cuadro universitario en ese rectángulo verde a veces tan ingrato con el equipo de casa.

Una fría noche de viernes, donde poco o nada se jugaba, ahí estaba una vez más como desde hace tantos años, con la esperanza de que su equipo se llevara el triunfo frente a los Venados de Mérida para sumar los tres puntos y al menos cerrar decorosamente el peor torneo en la historia del conjunto naranja.

El árbitro silba el inicio de la parte complementaria y en ese momento Víctor echa a andar sus recuerdos y nos comenta que sigue al “Corre” desde su nacimiento, cuando se dio a conocer que Ciudad Victoria tendría un equipo profesional de futbol.

 

DESDE TERCERA DIVISIÓN

“Sigo a Correcaminos desde que empezó el Club, desde Tercera División en los años 80’s”, dice al iniciar la charla, mientras sigue con su mirada las acciones del encuentro al tiempo que en la tribuna se escuchan con fuerza los reclamos hacia quienes están en la cancha.

La historia indica que en poco tiempo, un grupo de humildes jugadores locales apuntalado con otros foráneos, fueron escalando divisiones hasta lograr el ascenso al máximo circuito en junio de 1987, disfrutando los victorenses y muchos tamaulipecos, de una época inolvidable que se quedó escrita para siempre en la memoria de aquellos aficionados de “la vieja guardia”.

Correcaminos estaba en Primera División y literalmente la pequeña Capital de Tamaulipas se paralizaba los domingos al mediodía y el tema de conversación era lo que sucedía en el entonces remodelado Estadio Marte R. Gómez.

 

ÉPOCA DORADA

“Ahí se vivió una época dorada, son años inolvidables para la Ciudad”, dice con añoranza.

En ese entonces, el temor de todos los rivales era jugar los domingos al mediodía en la cancha del “Olímpico Victoria”, pues aquello se convertía en un verdadero “infierno” al que Correcaminos le sacaba provecho, mientras los aficionados gozaban al máximo en las atiborradas tribunas.

“Recuerdo los solazos, aparte la gente que se bañaba (a cubetazos) en el área de sol cuando el equipo metía un gol, era una fiesta muy grande en Victoria”, relata.

Así, en pleno partido del Torneo de Apertura 2019, don Víctor trae a su mente a jugadores que se ganaron el cariño y el reconocimiento de los aficionados.

“Lucho González (Jorge Daniel) Jara, (Raúl Martínez) Sambulá, (Rodolfo) Richardson Smith, (René) Mendieta, (Jorge Daniel) ‘Chiquilín’ Cabrera…”, son algunos de los que menciona.

Y así como en su memoria permanece la imagen de muchos jugadores del pasado, las anécdotas van a la par en esa travesía que le ha tocado vivir como aficionado tanto en Victoria como en otras plazas, siempre acompañado de su esposa y de sus hijos.

“Cuando hay futbol aquí siempre estamos con el equipo, inclusive salimos fuera de la Ciudad también para apoyarlos”, y es cuando revive algunos episodios de los que afortunadamente han salido bien librados.

“En San Luis (Potosí) nos agarraron a ‘peñascazos’, en Tampico lo mismo, (también) en Querétaro, en Puebla, en Monterrey…”, dice con tranquilidad, pues sabe que son anécdotas del futbol.

 

FUERTE SENTIMIENTO

Al cuestionarlo por ese sentimiento tan fuerte por Correcaminos, Víctor afirma que es algo muy especial, a tal grado, que han llegado a derramar lágrimas por su equipo, incluso al recordar pasajes gloriosos como el año del ascenso al máximo circuito.

“A mis hijos yo les tengo una película (video) de cuando subimos a Primera División, ellos la ven y lloran”, afirma.

Regresando un poco al presente, Víctor nos cuenta que un episodio que también les causó mucha tristeza, fue la final que perdieron contra los Tecos en mayo del 2014, cuando parecía que Correcaminos tenía todo a su favor para ganar ese torneo y enseguida luchar por el ascenso contra la UdeG.

“Cuando la final con Tecos que nos ganaron aquí, no sé qué paso, eran tres penales y los fallaron”, y recuerda que en esa ocasión sus hijos sufrieron bastante por esa derrota.

 

FALTA AMOR A LA CAMISETA

Afortunadamente y aunque sea a cuentagotas, don Víctor y su familia también han disfrutado de buenos momentos, pero también sabe que los días amargos son la esperanza de que un día todo sea diferente para el equipo de casa.

“Ha habido de todo, triunfos y derrotas, lo más difícil fue cuando bajamos a la Liga de Ascenso (1995), en aquel entonces la Primera A”, reconoce, pero asegura que la ilusión por ver un día a su equipo en Primera División, sigue más viva que nunca.

“Yo la veo cercana, ahorita no se puede, pero vamos a esperar la próxima temporada… y que el jugador le ponga más amor a la camiseta, porque antes era muy difícil que nos sacaran un punto aquí en Victoria”, señala.

Y agrega de manera contundente: “Antes en aquellos tiempos cuando venía un equipo de visita un punto era mucho para ellos, aquí siempre ha sido de Correcaminos, aquí era muy difícil que ganara un equipo en aquellos tiempos, ahora no, ahora no sé qué pasa, vamos ganando y cualquier equipo nos gana, como que no hay amor a la camiseta”, dice como la voz autorizada que es por tantos años que ha seguido al equipo.

“Tiene buenos jugadores, con mucha experiencia, pero no sé qué les pasa, les falta actitud”, remata.

La charla se dio justo el mismo día de la salida de Carlos Reinoso, cuando el estratega chileno aun no sabía que recibiría el cese apenas acabando el partido frente a Venados, de ahí que Víctor hacía un análisis del desempeño que había tenido “El Maestro” en el Torneo de Apertura 2019.

“Ha tenido mucha experiencia como jugador y como técnico, pero aquí no se ve la idea, dice ‘El Maestro’ que esto es futbol, pero yo no sé cómo es posible que te den un cuadro bien competitivo y no salen los resultados, vienen equipos bien bajos de nómina y nos ganan o nos empatan”, decía cuando estaba en curso el segundo tiempo.

Después de varios minutos de compartirnos sus puntos de vista sobre el desempeño del equipo, Víctor destaca con orgullo que su esposa, Araceli Ortiz, siempre lo acompaña al estadio, al igual que sus hijos, “ahora vamos a tener una nieta a ver si le gusta el futbol también”.

En lo que se refiere al sentimiento de amargura que embarga a la gran mayoría de los aficionados por tantos años de quedarse en la orilla, les pide paciencia para esperar el día de volver a la Primera División, “Que tengan mucha fe en el equipo, por ejemplo, yo soy Correcaminos de corazón y mientras yo pueda, aquí voy a estar”, asegura.

Para concluir la entrevista y darle su espacio para que continuara disfrutando del partido, Víctor Jiménez dijo que siempre estará dispuesto a brindar su apoyo a Correcaminos.

“Hasta que Dios me dé vida, aquí estaré con el equipo”, afirmó.

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