marzo 29, 2024
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Si sufriste un esguince de tobillo, lee esto

diciembre 23, 2019 | 581 vistas

México, 23 Dic (Notimex).- Inmovilizar un tobillo que no lo necesite o dejarlo inmóvil por más tiempo del requerido para que sane podría retrasar su rehabilitación, advirtieron especialistas de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Por ello, recomendó acudir con un fisioterapeuta para una correcta valoración y tratamiento, ya que la duración y gravedad de los síntomas varía según el grado de la lesión, que dependerá del porcentaje de espesor del ligamento afectado.

De acuerdo con la casa de estudios, el esguince de tobillo es una de las lesiones músculo esqueléticas más frecuentes en los servicios de urgencias, tanto para la población general como en deportistas, reportando hasta 30 por ciento de las lesiones deportivas.

El mecanismo de lesión más común es el de flexión más inversión, el cual ocurre cuando el pie se dobla hacia adentro, afectando principalmente los ligamentos laterales, aunque también pueden ocurrir -con menor frecuencia- lesiones en los ligamentos mediales cuando el pie se dobla hacia afuera.

El esguince de tobillo se clasifica en tres grados según el daño del tejido, la inestabilidad articular y la pérdida de función del tobillo, y en todos los casos se recomienda proteger el área para evitar agravar la lesión.

El grado uno consiste en estiramiento de las fibras ligamentosas, con dolor focalizado y poca limitación de movimiento, mientras que el nivel dos implica desgarro parcial de las fibras ligamentosas dolor puntual y difuso en el pie, así como limitación moderada del movimiento y dolor al apoyar.

En tanto, el grado tres se clasifica como grave pues el desgarro de las fibras ligamentosas es considerable con dolor intenso puntual y difuso, limitación grave del movimiento y apoyo imposible sin un sistema auxiliar como muletas o bastón.

Lo que se recomienda es disminuir el dolor y la inflamación en la etapa aguda con crioterapia (frío), reposo, compresión y elevación del pie, así como restablecer la amplitud de movimiento, aumentar fuerza, resistencia y potencialización muscular del tobillo, así como restablecer las habilidades funcionales y deportivas.

Además estirar la musculatura para brindar elasticidad muscular y, en algunos casos, utilizar agentes físicos como ultrasonido, electroterapia analgésica, termoterapia y técnicas de vendaje funcional.

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