abril 25, 2024
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diciembre 26, 2019 | 438 vistas

Rogelio Rodríguez Mendoza.-

Cd. Victoria, Tam.-
El panorama agrícola para Tamaulipas durante el ciclo otoño-invierno 2019-2020 luce desolador, porque se estima que más de 200 mil hectáreas quedarán sin sembrarse, lo cual disminuirá la cosecha de sorgo y maíz.

Agustín Hernández Cardona, presidente de la Unión Regional Agrícola del Norte (URAN), explicó que lo anterior se debe principalmente a que miles de productores no tuvieron acceso a créditos de bancos ni de intermediarios.

“Las acopiadoras, las casas comerciales y los bancos, que tradicionalmente servían de apalancamiento para miles de compañeros, ya no quisieron prestar dinero, porque temen que no les paguen. Y es algo entendible, porque los productores ofrecían como garantía los apoyos que recibían del Gobierno federal, pero como el año próximo hay incertidumbre al respecto, ya no hay certeza para nadie”, detalló.

Y añadió: “Un agricultor acudía ante un acopiador o una casa comercial para pedir un crédito, que usaba para la compra de semilla u otros insumos, y cuando recibía el subsidio de programas como compensación de bases, pagaba ese recurso. Esta vez, sin embargo, nadie tiene seguro ese apoyo”.

La consecuencia de todo ello, dijo, es que de las 750 mil hectáreas que tradicionalmente se siembran en el ciclo otoño-invierno, se está previendo que más de 200 mil se queden sin habilitar.

De esa manera, la cosecha de granos, que normalmente es de 3.5 millones de toneladas en un año, decrecerá en 2020 hasta en un 30 por ciento.

“La verdad es que el panorama para la agricultura comercial luce desolador para el año próximo. No es que nos queramos quejar solo por quejarnos. Se trata de un hecho real que las autoridades no quieren ver. Tamaulipas ha sido durante décadas primer lugar en producción de sorgo, pero esa posición está en riesgo”, mencionó.

El líder campesino lamentó que quienes toman las decisiones desde un escritorio desconozcan la realidad del campo mexicano.

Reiteró que hay una enorme incertidumbre entre los productores, porque no confían en los acuerdos que firmaron los representantes del Gobierno y los legisladores federales durante la negociación del presupuesto para el campo en el 2020.

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