mayo 7, 2024
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diciembre 27, 2019 | 189 vistas

Rogelio Rodríguez Mendoza

Cd. Victoria, Tam. – Investigadores de Estados Unidos descubrieron la cura para el “dragón amarillo”, lo cual podría ser la salvación para las pocas más de 45 mil hectáreas citrícolas de Tamaulipas.

Mario Galindo, expresidente del Consejo de Administración de la primer juguera que existió en Tamaulipas, señaló que, si los productores y los gobiernos quieren evitar que la citricultura desaparezca, deben darse prisa en importar el sistema que vienen utilizando entidades como Weslaco y Florida, en Estados Unidos.

La cura encontrada por los científicos es a través del injerto de proteína de espinaca en los árboles citrícolas.

“Fue una investigación de muchos años y cuyos resultados ya tienen el aval del Departamento de Agricultura de Estados Unidos. Productores de Florida y Weslaco los han estado utilizando con mucho éxito” indicó.

Galindo refirió que seguir combatiendo con insecticidas el “Dragón Amarillo”, la plaga que mata los árboles, es absurdo porque el sílido que transmite la enfermedad se mueve con rapidez en largas distancias.

“Si realmente hay intenciones de combatir y controlar la enfermedad lo que deben hacer los Gobiernos y los productores, es contactar a citricultores de Estados Unidos para importar la cura” señaló.

No obstante, expresó su temor de que haya resistencia para importar el sistema de combate a la plaga, porque el uso de insecticidas es un negocio muy grande del que se benefician muchas personas, en virtud de que se inflan los costos del producto.

Advirtió que entre más se tarden los Gobiernos y productores en controlar el “Dragón Amarillo”, el peligro de que la zona citrícola sea devastada seguirá latente.

Recordó que la actividad citrícola es el principal sostén de la economía de los municipios de la zona centro del Estado, como Padilla, Güemes, Hidalgo, Llera y Victoria.

De acuerdo con reportes oficiales, en Tamaulipas ya existe presencia del “Dragón Amarillo” en algunas huertas comerciales, pero todavía son pocos los árboles infectados.

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