abril 25, 2024
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febrero 2, 2020 | 173 vistas

Chantal Martínez Díaz

En Tamaulipas solamente opera una organización no gubernamental como fortalecedora; es decir, que sirve como «puente» para obtener financiamientos internacionales a través de otras fundaciones y organizaciones.

Judith Martínez de León, coordinadora de Vinculación y Articulación Ciudadana de la Secretaría de Bienestar Social en Tamaulipas, dio a conocer lo anterior luego de explicar que hay otras entidades que tienen de diez a doce organizaciones que están obteniendo los recursos para financiar sus proyectos de otras partes del mundo.

Explicó que dicha fortalecedora está en el sur del estado y opera en la zona conurbada y es Construyendo el Tejido Social A. C., a cargo de María Guadalupe Esquivel Rodríguez, quien otorga inclusive indicadores a la Organización de las Naciones Unidas, por mencionar un ejemplo, dijo.

Cabe destacar que en años anteriores de entre cinco y siete asociaciones civiles en el estado de Tamaulipas fungían como fortalecedoras y a su vez, otras organizaciones lograban ‘bajar’ recursos internacionales para el desarrollo de sus proyectos, específicamente los de mayor incidencia como los que trabajaban con migrantes, de la diversidad sexual, los que trabajaban en la lucha contra el vih, entre otros.

Básicamente, el papel de las fortalecedoras radica en darle seguimiento a los proyectos específicos y el impacto en las políticas públicas, incluyendo indicadores que refuercen sus actividades y por ende accedan a los recursos internacionales.

Con la baja en el número de fortalecedoras o inclusive de asociaciones que logran obtener recursos de organismos internacionales, también baja la incidencia en las políticas públicas, así como el número de beneficiados de su objeto social.

De acuerdo con la Guía Pedagógica para el Fortalecimiento y la Sostenibilidad de las Organizaciones de la Sociedad Civil (elaborada Myriam Pérez Gallo y María Fernanda Narváez), financiada por la Unión Europea, es indispensable la profesionalización de las organizaciones de la sociedad civil y el cumplimiento de indicadores, bajo un esquema transparente del uso de los recursos públicos.

El documento señala que se identifican tres niveles de articulación y financiamiento.

El tercero corresponde la obtención de recursos (económicos, infraestructura o humanos) mediante las organizaciones internacionales, ya sea para cooperación técnica o financiera.

El segundo nivel se ubica a las instituciones estatales (locales y nacionales), quienes son los que deberían de responder y apoyarlas y, en el primer nivel se ubican los movimientos de base, que son más cercanos a territorio a través de sus agremiados.

Asimismo, explican que en los últimos años los recursos económicos provenientes directamente de la cooperación internacional hacia las organizaciones  de la sociedad civil han disminuido, como consecuencia de las crisis fiscales de los países cooperantes, el cambio en las prioridades de la cooperación y regulaciones para las OSC y la reorientación de los fondos destinados al sector público.

Aquí en Tamaulipas se espera que en estos primeros días de febrero se cuente con el padrón actualizado de las organizaciones de la sociedad civil que están trabajando en los diversos objetos sociales y los recursos que podrán recibir en este 2020.

 

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