mayo 7, 2024
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febrero 2, 2020 | 179 vistas

Chantal Martínez Díaz.-

Cd. Victoria, Tam.-
Los legisladores federales buscan que ‘las letras chiquitas’ de la Ley para la Regulación y Control de Cannabis queden claras y no ‘sorprendan’ a nadie, sobre todo por la polémica que hay en torno a la producción, los fines médicos e industriales, así como lo referente a portabilidad y la edad legal de consumo.

El integrante de la Comisión de Salud en el Senado de la República, Américo Villarreal Anaya, dijo que el tema de la legalización de la mariguana va (avanzando) y lo que sigue en la discusión es la regulación de lo que llamó los tramos de control; es decir, a cargo de quién va a estar la producción e industrialización y, a su vez, los tiempos de entrada en vigor de la propia ley.

Detalló que la fibra de cannabis tiene mucha la aplicabilidad en lo industrial y en lo médico, por lo que cree no debe haber mayor objeción para la legalización.

En el rubro de la salud dijo que tan pronto como tengan la evidencia científica de en qué padecimientos está plenamente comprobado que los cannabinoides son útiles para la mejora de la salud y se cuente con un producto farmacéutico legalizado, se va a prescribir.

En lo que respecta al “uso adulto” y (no lúdico o recreativo, dijo), el punto que mayor polémica genera es la edad de consumo, sobre todo porque hay menores de 25 que no tienen bien desarrollado su cerebro y el uso puede tener un impacto en su salud, sobre todo en la conducta.

“Habrá situaciones problemáticas y no problemáticas, cada quien lo va a calificar como se sientan y en eso se está buscando regularizarla”, dijo.

Explicó que se están fijando todas las reglas y articulaciones tratando de acotar a que sea para uso adulto, exclusivamente.

Asimismo, dijo que están puntualizando los tramos de control que se necesitan desde su siembra, cosecha, almacén y disposición comercial para que sea de buena calidad, que no tenga agregantes porque muchas veces los pesticidas y fertilizantes que se usan si se quedan en la planta pueden ser dañinos no por la planta, sino los adicionales que se usa en su producción.

Por otro lado, comentó que los legisladores están buscando que un porcentaje de los recursos obtenidos por la producción se quede en los lugares que han sido históricamente afectados por la producción, que están estigmatizados y afectados.

Asimismo, dijo que es necesario que incluyan una transitoriedad, para contar en el tiempo suficiente (de seis a nueve meses), para que se de una amplia difusión de lo que comprende la ley, “que demos un plazo de seis a nueve meses donde la ciudadanía quede inmersa de todo el conocimiento y la información de lo que es la cannabis, cómo se puede obtener, qué riesgos, beneficios, cómo se está considerando, cuáles son las reglas para que no se tengan problemas en la portabilidad, hasta cuántos gramos se están autorizando para que la ciudadanía esté plenamente informada”, concluyó.

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