abril 26, 2024
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febrero 15, 2020 | 682 vistas

Chantal Martínez Díaz.-

En medio de la crisis extrema que se vive en China por el coronavirus o COVID-19, Randy Guerrero toma sus precauciones junto con su esposa Sharon Li y nos cuenta que afortunadamente él y el resto de los mexicanos con los que tiene contacto se encuentran bien y que su andar por el Oriente continúa; pidió no caer en la xenofobia y mandar buenas vibras.

Aunque Randy Guerrero ha formado parte de nuestro catálogo de “Tamaulipecos en el Mundo”, hoy la situación y las condiciones son diferentes: ya un poco más maduro agradece el medio para decir que está bien, que al menos pasará prácticamente un mes en su departamento junto con su esposa debido a que la actividad laboral está paralizada por la epidemia incontrolable de coronavirus y que son pocas las salidas que tienen: adquirir víveres y caminar un poco con las precauciones debidas.

Actualmente nuestro victorense vive en Dongguan, que es una de las ciudades de mayor exportación en China, a veinte minutos de Hong Kong y tiene más de 8.2 millones de habitantes y se ubica al sureste a más o menos once horas y media de Wuhan, el epicentro del COVID-19.

Cuenta que afortunadamente se encontraban de vacaciones por Camboya justo cuando inició el descontrol por ese virus que oficialmente casi llegará a los dos mil muertos y que ha puesto de cabeza a los países del mundo, por no tener cura para contrarrestar sus efectos y mortalidad.

Randy, quien es victorense y se crió en el fraccionamiento Praderas lleva casi cuatro años fuera de la Capital de Tamaulipas, sigue dando clases de inglés, lo que le ha permitido vivir en Colombia, visitar Estados Unidos, Vietnam y China, donde ha estado en varias provincias; hoy en Dongguan.

Las precauciones tomadas son las recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS): lavado frecuente de manos, uso de desinfectante, alcohol o con agua y jabón y, también medidas de higiene respiratoria, mantienen el distanciamiento social y otras prácticas como el uso de mascarillas en lugares públicos.

Están en cuarentena. Ambos (Randy y su esposa) están en casa y así va a seguir hasta nuevo aviso, ya que las indicaciones –al menos en el trabajo de él, se suponía que entraría a trabajar el diez de febrero y ahora será hasta el uno de marzo– es cerrar los espacios públicos como escuelas y empresas, quienes no respeten la medida son multados.

Menciona que para hacerle frente tuvieron que adquirir mascarillas cuando estuvieron de vacaciones, pues la escasez se ha acentuado. Consiguieron mil mascarillas N95, que han compartido con familiares y algunos compañeros de trabajo.

Señala que han tenido complicaciones de comunicación por las vacaciones (no por el problema del COVID-19): “el problema no es para entrar a China, es para salir”

La transmisión y uso de plataformas internacionales como Google, Facebook, whatsapp, instagram y demás, es un poco complicado ya que se necesita un VPN, que otorga una dirección IP y es como pueden utilizar el Internet dadas las restricciones del gobierno chino.

Respecto del control sanitario por la epidemia cuenta que hay puestos de control sanitarios (similares a los establecidos aquí por la inseguridad), solo que allá checan la temperatura y dan alcohol para lavar las manos.

Hace unos días fueron al súper a abastecerse de víveres, compraron lo suficiente para un par de semanas, salen solo con mascarillas. Las calles están solas en ese lugar donde viven más de ocho millones de habitantes.

A menos que se tenga la autorización las empresas abren, incluso pueden ser multadas y otras compañías no están pagando. Afortunadamente la compañía para la que trabaja paga por su departamento y no se ha visto en esas dificultades y por lo pronto todo está bien.

En medio de todo (narra en una pequeña transmisión por Facebook que lleva más de mil reproducciones) la gente se ve muy optimista respecto del trabajo que se está haciendo y acota: “el gobierno está haciendo bien las cosas como la construcción en tiempo récord de un hospital en Wuhan, estuvo en diez días y ya está funcionando; va en marcha la construcción de otro”.

En tanto, viven esta circunstancia, Randy pidió apoyar a China mandando “buenas vibras, no malos comentarios y no caer en la xenofobia”, agradeció los mensajes de bienestar.

 

VACACIONES RELAJADAS

Randy, quien se ha convertido en una especie de guía turístico y maestro de la cultura oriental cuenta en su página “Aprendiendo por el mundo”, que estuvieron en Camboya, donde visitaron templos y playas y donde todo era más relajado.

“Estas vacaciones vimos mucha gente usando cubre bocas en todas partes, especialmente en los aeropuertos de Hong Kong y de Siem Reap, en Camboya, aunque en las ciudades todo era más relajado. Y es que la alarma ya es global por el denominado novel coronavirus 2019.

Cuando viajamos a Sihanoukville para trasladarnos a las islas de Koh Rong, nos dimos cuenta por redes sociales que existía un caso en dicha ciudad y fue donde notamos más la presencia de personas usando máscaras.

Después de llegar a las islas era como si no existiera esa amenaza del virus, todo mundo tranquilo y sin preocupación, especialmente los extranjeros (que eran la mayoría) sólo los locales que tenían sus restaurantes usaban mascarillas con fines de salubridad.

Al regresar de las islas era otra vez volver a la rutina de usar máscaras, ¡Dios! Extraño ese lugar”, expresó en sus redes sociales.

 

 

EL ACERCAMIENTO

Es 12 de febrero y a las 23:10 recibimos el primer mensaje por Whatsapp, logramos comunicarnos con él mientras está en su departamento, se mete un poco en los recuerdos y dice que Tamaulipas como tal no es reconocido por aquellas partes del mundo, que apenas está trabajando en promocionar el mezcal “Sierra Chiquita” de San Carlos y es como comienza a notarse.

Son casi cuatro años fuera del país luego de que concluyera la carrera de Negocios Internacionales en la Universidad Autónoma de Tamaulipas.

Los intercambios internacionales a través de organizaciones de la sociedad civil le han dado la oportunidad, gracias al nivel de inglés que maneja y que le ha permitido llevar una carrera de maestro Colombia, Estados Unidos, Vietnam y China.

“El comité de Aiesec Victoria estaba ofreciendo intercambios profesionales de teachers de inglés. Mi hermano me avisó y me entrevisté con ellos. Me entrevisté con Nadia Ballesteros, encargada de los intercambios profesionales del comité de Victoria e hicimos un test de inglés, después de la entrevista me avisó que había sido aceptado para el programa”.

La Aiesec era originalmente un acrónimo de la Asociación Internacional de Estudiantes de Ciencias Económicas y Comerciales. Sin embargo Aiesec ya no se utiliza como un acrónimo, sino simplemente como el nombre de la organización.

“El intercambio era un programa del ministerio de educación del Atlántico que buscaba crear impacto en escuelas vulnerables invitando a extranjeros a enseñar el idioma inglés y compartir también su cultura con los alumnos”.

Randy empezó esta experiencia a los 29, hoy tiene 34 años.

 

ADAPTACIÓN INTERESANTE

¿La adaptación como fue?

“Fue un poco interesante, pero me adapté fácilmente, en un par de meses a pesar de la barrera del idioma. Estoy en un ‘training center’ (centro de entrenamiento).

Cuenta que en su primer año en China, conoció a la que ahora es su esposa, se llama 林晓欢, pero su nombre en inglés es Sharon y fue ella quien lo apoyó en su proceso de adaptación y entendimiento.

“En Chaozhou, cuando yo llegué a trabajar, ella llegó a hacer maestría, también estudió inglés para negocios entonces no tuvimos dificultades para comunicarnos. Aun sigo aprendiendo, no es nada fácil”, advierte.

“Nos conocimos en la plaza principal de Chaozhou, y como en esa ciudad no hay muchos extranjeros (de hecho se te quedan viendo las personas jaja como si fuera bicho raro) hablamos en inglés, Comenzamos a salir y después nos hicimos novios, fue una etapa muy bonita”.

Desde entonces en él han cambiado muchas cosas: “la forma de ver el mundo, creo que he crecido mucho en lo profesional, como ser humano y en lo espiritual”.

Y aclara, cree en Dios, pero no es el que las instituciones nos muestran (fue criado en un hogar católico, y se formó como tal, bautizo, catecismo y confirmación)… El Dios universal, que es parte de todo.

¿Alguna vez piensas en volver a vivir en Tamaulipas?

“No lo sé, pero esperemos las cosas sigan su curso y se acomoden para bien… tal vez sí me gustaría pasar un año sabático allá”.

Oye y ¿la comida, extrañas las flautas y carnes asadas o mejor dicho, se te antojan?

“¡La comida… uyy, sí claro que la extraño! Cuando podemos vamos a un restaurante mexicano aunque aquí son muy caros, pero como son operados por mexicanos, la comida está muy buena”.

¿Y sabes cocinar?

“Sí, pero para encontrar las tortillas tienes que pedirlas por Internet, a veces son caras o no son de muy buena calidad, por eso casi no cocino comida mexicana. Las que he comprado las traen desde Shangai, tarda dos o tres días por paquetería y cuestan como 50 yuanes que son como 150 pesos por unas veinte tortillas”, concluyó Randy, quien nos saluda desde Oriente.

 

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