abril 25, 2024
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abril 28, 2020 | 149 vistas

Chantal Martínez.-

Cd. Victoria, Tam.-
En algunas familias, combinar el uso de la tecnología con el cumplimiento de los deberes en esta cuarentena es fundamental. Para otras, lo mejor es que en el encierro emocional ha salido a la luz y les ha permitido acercarse más, conocerse y apreciar la libertad, valorarla y encontrar, por ejemplo, nuevas formas de estudio.

Este día, las  familias Rhi Sausi Alarcón, Brito Sampablo y Reyes Reyes, nos comparten cómo han transitado por este proceso que cambiará la vida de todos y de todo lo que solían hacer.

Isabel, su esposo y sus hijos comparten que “hoy la vida nos ha cambiado física, mental, emocional, económica y socialmente”, debido al aislamiento social que han dictado las autoridades para evitar la propagación de la covid-19.

Considerando el lado bueno, es que “hemos aprendido a valorar la vida, el tiempo en familia, la manera de estudiar, todas las libertades que teníamos y no las veíamos. Ahora tenemos tiempo suficiente para disfrutar a nuestros hijos”, refiere.

Y es que la dinámica familiar ha permitido que las niñas y los niños entren más a la cocina, compartan gustos con los padres ya sea viendo películas o series.

Así como también se dan tiempo de dibujar o aprender de jardinería y plantar. O darle “cariñitos” al hogar, que es el nido, el refugio que ha dado cobijo en esta pandemia y al que también le llegó el tiempo de valorarlo, acicalarlo y amarlo, ya sea propio, rentado o prestado.

Existen “tantas y tantas actividades en familia que muchas veces no nos damos el tiempo para hacerlas. Extrañamos a la familia (extendida), a los amigos, los centros de trabajo y compañeras; dar un paseo e ir al mandado sin tener miedo del contagio”.

No obstante, pese a la cuarentena que mantiene el aislamiento o separados de los demás, “sabemos que estamos haciendo lo correcto, estamos cuidándonos para evitar más contagios, con nosotros mismos y con más personas. Esperemos que esto pase pronto y todos pongamos nuestro granito de arena para salir lo más pronto de esta situación”.

 

EL ENCIERRO EMOCIONAL SALE A LA LUZ

Por su parte, Xóchitl, de la familia Brito Sampablo, nos comparte que “al inicio de la contingencia de salud no estimamos las dimensiones que este encierro iba a originar, pensamos que solo iba a ser estar en casa, ver la televisión, trabajar con los hijos en las actividades de la escuela, jugar, platicar entre los miembros de la familia, pero ha sido más que eso”.

Nos explica que “el distanciamiento social ha rebasado los límites de nuestro entendimiento, el no poder ver nuestros seres queridos, estar lejos de ellos ha sido complicado, lo bueno de estos tiempos es el apoyo de la tecnología, nos mantenemos en contacto por redes sociales, aunque se extraña ese abrazo fuerte y lleno de amor y energía”.

Relata que al principio, las primeras semanas fueron de ajustes: “Establecer horarios con mis hijas para realizar sus trabajos, acostumbrarnos a estar en convivencia todo el tiempo. Como madre, uno cree saber todo, pero no es así. Me di cuenta de que me falta mucho por conocer de cada una de ellas, el saber escucharlas y conocer sus inquietudes, sus miedos y sus sueños que desean realizar en el futuro”.

Las mañanas las dedican para hacer cuestiones educativas, en tanto que su hija la mayor trabaja en casa, así que tratan de estar bien sin complicaciones. La de en medio se concentra para realizar sus trabajos de la preparatoria y la menor lleva a cabo sus asignaciones de la primaria con el cuadernillo que se les otorgó y viendo los canales educativos del canal once.

Después de la comida buscan alguna película y se sientan en la sala para verla en familia con su papá. “Ya en la tarde planeamos algunas actividades para entretenernos, afortunadamente tenemos muchos juegos de mesa y en eso tratamos de mantener la mente activa, en otras ocasiones hacemos ejercicio como brincar la cuerda, jugar al ‘bebeleche’ o al avión. Ya de plano, si tenemos pila todavía hacemos karaoke, eso sí, la música nunca falta en casa”.

“No lo niego, hay días donde ya no sabemos qué hacer, pero siempre se nos ocurre algo, el papá es quien apoya más en estos momentos, cuando la desesperación nos oprime. Por ejemplo, a mi hija la menor le gusta mucho la observación de aves y sale con ella al patio para explicarle y enseñarle los diferentes tipos de cantos, mis otras nenas prefieren estar en su cuarto. Otra de las actividades que mis hijas realizan es la música, tratan de estar al corriente con sus clases de piano y batería, practican en las tardes o a veces realizan pinturas”.

Pero lo más importante, destaca, es la unión familiar. “El estar con mis hijas, agradecer a Dios por mantenernos bien de salud y respetando siempre los protocolos de la Secretaría de Salud para que esto pase rápido, nos ha permitido conocernos mejor, cerrar ciclos, llorar juntas, contar secretos entre nosotras y una que otra vez comer de más y saborear las delicias de la repostería, aunque después estemos con dolor de estómago”.

 

LAS REINAS DE LA CASA

Por su parte, la familia Reyes Reyes, conformada por Luis Alberto, Margarita, Pilar y Fernanda (Pily y Ferchie) decidieron seguir un orden en el que la levantada es a las 7:30 u ocho de la mañana a más tardar, para evitar que se desacostumbren.

Alrededor de las 08:30 los papás preparan el desayuno, han optado por los turnos. Hay turnos para cocinar, lavar los trastes, tender la ropa, hacer quehacer, y si de ver la televisión se trata, todos deben llegar a un acuerdo para elegir la serie o la película.

La ropa se lava cada dos o tres días, dependiendo de la carga. Las niñas colaboran en tenderla y guardarla.

En el día también revisan diariamente si hay actividades por parte de sus escuelas y se les pide realizarlas en cuanto sean ordenadas por sus maestros.

A la hora de la comida, los cuatro se acompañan y la que lavó los trastes en la mañana ya no los lava por la tarde. Claro que no todo es tan rígido, también depende del ánimo con el que se encuentren, puede haber intercambio de turnos o entre las hijas –sobre todo­­– existe la negociación.

Por cuanto hace al uso de las redes sociales, en esta familia solo los adultos pueden utilizarlas, ni Pilar y menos Fernanda pueden hacer uso de ellas, al menos hasta que tengan la mayoría de edad, por su seguridad, cuenta Mague, su mamá.

Cuando no tienen otra actividad, se ponen a dibujar o a tocar el órgano, aprenden en los tutoriales de YouTube que le pone su mamá.

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