La mañana del 17 de mayo una abuelita entró al comedor popular de Pimpingos de la región de Cajamarca, al norte de Perú con dos alforjas al hombro. Albertina Flores Gonzales iba a donar parte de su cultivo a quienes se encontraban en aislamiento por el covid-19.
Doña Albertina es campesina indígena de la comunidad de Los Claveles y quería ayudar quienes lo necesitaran, ofreciendo lo poco que tiene.
“Aquí les traigo alguna cosita”, dijo.
Las ayudantes que trabajan en el comedor, quedaron asombradas, pero el momento se volvió más tierno cuando la mujer dijo: “Disculpen que no traiga más, pero vengo caminando”.
La historia fue compartida en redes por un trabajador de la Municipalidad Distrital de Pimpingos.
“Este caso me hace recordar a mis abuelitas. Se me hizo un nudo en la garganta y no pude evitar derramar una lágrima, y recordé que da más el que no tiene, que aquel que tiene y no da nada.” Explicó el testigo.
Los trabajadores del comedor popular de Pimpingos, le prometieron a Doña Albertina visitar su comunidad y una semana después cumplieron.
Llevaron comida y dinero que había sido enviado desde Lima, por una persona anónima conmovida por la bella historia.
“Esta es la historia de doña Albertina, ejemplo de lucha, esfuerzo y sacrificio. Que Dios la bendiga y proteja por siempre. Porque estas acciones parten el alma y dejan sin palabras.” Terminó el trabajador municipal con una alabanza.
Con información de: noticieros.televisa.com
