abril 23, 2024
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junio 29, 2020 | 719 vistas

Chantal Martínez Díaz.-

Cd. Victoria, Tam.-
Luis Armando González Isás es el pastor de la Iglesia Luz para las Naciones, se ha caracterizado por emprender campañas de servicio a la comunidad como la entrega de alimentos, limpieza de calles o el río San Marcos en Victoria, Tamaulipas donde también llegó hasta tapar baches.

Padre de tres jovencitas y esposo de su compañera de vida, asegura que no cambiaría su misión, que es pleno y feliz con ella y que sueña con hacer de la comunidad victorense, la congregación más grande. Ama los animales y se autodefine como “muy bueno” con las mascotas (tiene una perrita, un perico, dos tortugas, un gato) que forman parte de la familia.

Este hombre es Licenciado en Derecho por la Universidad Autónoma de Tamaulipas, estudió dos Maestrías, una en Administración Pública y otra en Alta Dirección.

En días recientes ha llamado la atención porque convirtió la Iglesia en un Taller para la elaboración de caretas que fueron entregadas a los médicos en medio de la pandemia por coronavirus y, también porque quiere poner ejemplo para rescatar la Ciudad y organizó una cuadrilla de bacheo –al menos– en la calle donde se ubica la iglesia.

Asegura que más para criticar, lo hizo para que se eleve el nivel de la ciudadanía, de la responsabilidad civil y sobre todo para coadyuvar a mejorar la Capital que reconoce, “ha caído” en muchos aspectos: servicios, abasto de agua, entre otros.

Luis Armando González Isás cuenta que desde pequeño acompañaba a su hermana mayor a una iglesia, que ahí comenzó a conocer sobre la religión cristiana. Al paso de los años creció y como muchos, dice, se alejó de la misma, vivió en los excesos de fiestas y alcohol hasta que puso un fin.

Tuvo un momento en el que arregló cuentas con Dios, a los 19 o 20 años estuvo en un impasse (estancamiento) que le permitió responder a una invitación de un amigo para –meterse en las cosas del Señor–.

Cuenta que se desintoxicó del alcohol, el cigarro y la vida pagana. “Me fui a un seminario, para poder estar bien con Dios”, fue en Los Ramones, Nuevo León, en el Instituto Canaán, donde le nació el deseo de servir a Dios.

Al concluir el seminario regresó a la Universidad, concluyó sus estudios y a la par ingresó al Gobierno del Estado como empleado, estuvo varios meses y hasta pasado un año logró que le dieran una plaza de extraordinario, paralelamente vendía casas y seguía estudiando y ascendiendo en la estructura gubernamental. Llegó a ser jefe de departamento.

No obstante, hace diez años prácticamente “quedó en el aíre”, salió de gobierno en la gestión de Egidio Torre Cantú. Fue un periodo gris en su vida, le llama.

“En ese periodo cuando entra Egidio, es cuando me quedo en el aire, curiosamente llegan cinco personas a mi casa a decirme que les diera un curso o taller de Biblia. Fue en un lugar que empezamos a rentar en el 19 Bravo, en ese año para mí a lo mejor muy gris, surgió. Cuando no tenía trabajo Dios habló a mi vida y eso solo lo van a entender quienes creen. Yo sentí el llamado para servir al Señor”.

Y así, cuenta que siete personas empezaron ‘un nuevo comienzo’ una iglesia que se llama “Luz para las Naciones”, que hoy por hoy congrega a 500 familias y cuenta con cuatro sedes.

“Siempre me ha gustado la labor social, el primer año empezamos a hacer limpias, hicimos la primera limpia en el río, crecimos muy rápido, ahí terminé mi segunda maestría, termino ese año y me invitan a trabajar a dar conferencias de desarrollo organizacional en la industria maquiladora, vieron mi perfil de lo que sabía y era y, en más de 90 maquiladoras hice un curso muy bonito que se llamaba “Vamos por más”, que era de desarrollo emocional, organizacional, toma de decisiones”.

Y así, hacía las dos labores: la iglesia y el área pública, (no hay ninguna limitante ni impedimento para que pueda estar trabajando en ambas, no son puestos de elección popular”, advierte.

A casi diez años de creada la Iglesia (nueve de noviembre de 2010) y con base en su activismo en la comunidad se le cuestiona: ¿Buscaría algún puesto de elección popular?

“Nunca dejaría la iglesia por un puesto de elección popular, nunca sería un candidato. Mi deseo es cumplido: este año voy a cumplir 47 años y me siento tan bien, tan contento, feliz de ser pastor. Algo que he aprendido es que hay que servir a los demás”, como ocurrió en esta pandemia, dice.

Y es que, lo primero que hizo fue elaborar 500 caretas para los doctores y enfermeros, fuimos de los primeros en hacer este tipo de donaciones; después dimos despensas (cada 15 días cambiamos modelo de trabajo”, mencionó.

A los siguientes días, cuando el desempleo comenzó a pegar, un día sí y un día no, durante 21 días dieron de comer a más de 150 personas. Después, se vino el tema del agua y empezaron a llevar pipas a las colonias, para mitigar los efectos de la pandemia y hasta del calor, dijo el pastor que activó una jornada de bacheo.

¿Cómo se manejan, ustedes reciben apoyo de gobierno?

“Tengo una empresa, también me dedico una librería en el 21, de libros cristianos; en la gran mayoría de las iglesias el diezmo es para el pastor, aquí algo importante es que lo que se recoge del dinero de la iglesia se reparte, hay una ofrenda a la persona que ayuda a hacer el aseo, para sus colaboradores, la asistencia social y al mantenimiento del auditorio. No percibo el diezmo, es una ofrenda y para mi es una bendición muy estimulante y la repartimos”.

En tiempos pasados a las iglesias se les dio material para construcción de templos o auditorios, eran diez mil o 15 mil pesos, solo fue una vez en un sexenio, en la época de Egidio también, nosotros no lo recibimos, pero muchas buscan sus recursos. Muchas se han construido con la venta de tamales”, por ejemplo.

Usted tiene una personalidad mediática sabe manejar los temas, ¿cómo fue que incursionó en medios de comunicación?

“Me gusta dialogar con la gente y estoy convencido que los medios son fundamentales para poder predicar la palabra del Señor, la gracia y el favor de Dios, porque es gracias a Dios, que se me permite, es un don y un favor de Dios que me da, me gusta compartir la palabra y hacer llegar el evangelio”.

¿Cómo ve Victoria, cómo ve el comportamiento de todos como ciudadanos?

“Quiero hacer una apreciación, lo que hicimos como el bacheo y limpieza muchos lo tomaron a mal y eso me angustió, no lo hice para hacer quedar mal a la autoridad”, advierte al tiempo que explica que es su forma de hacer algo por la ciudad misma.

“Hemos visto caer a nuestra ciudad: el índice de desabasto de agua, de problemas de servicios públicos, pero qué estamos haciendo como sociedad, fue a manera de testimonio viviente para demostrar que cuando 15 o 20 se juntan, sí podemos”, pero advirtió que más que algo adverso es una oportunidad para surgir, cada uno de nosotros nos encarguemos de nuestra banqueta, por ejemplo.

“De nuestra casa, desde cómo estamos educando a nuestros hijos cuando vamos y depositamos la basura, si respeto horarios. Como victorenses nos hace falta fomentar la cultura social, si cada uno hiciera algo desde levantarnos con entusiasmo, honrar nuestra palabra, hacer algo por el vecino, todo sería diferente pero esto nos está llevando mucho, estamos perdiendo credibilidad como ciudadano. Veo una gran oportunidad para Ciudad Victoria para que nos levantemos todos y podamos hacer cosas grandes, estoy esperanzado en hacer jornadas comunitarias, me voy a dedicar más con tiempo a ir a las colonias, a llevar el beneficio social y poder motivarlos, si la autoridad lo hace es su deber, pero debemos hacerlo y que lo ponga la muestra la iglesia es muy bueno”.

¿Hacia dónde quiere ir?

“A tener la iglesia más grande de Ciudad Victoria, tener más congregaciones. Ahora hay cuatro, crecer más, servir a la comunidad, no dejar de servir, pues también es un alimento para el alma y si lo hacemos vamos a poder cambiar la historia”, incluso hasta se puede revertir la mala fama que algunas iglesias tienen.

Al respecto refiere: “hay de todo en la viña del Señor”.

¿Cómo le hace cuando se equivoca, cómo es su proceso de aceptación, en algún momento ha ofrecido una disculpa a sus seguidores?

“Es una pregunta que nadie me había dicho. Como pastor he procurado jamás equivocarme, pero, claro que lo he hecho, por ejemplo tengo pocos afortunadamente, una persona que llegó y yo por estar atendiendo a otra persona que necesitaba que la atendiera, la canalicé con alguien más y se molestó y no regresó. Al momento de empezar a comer me acordé, pregunté qué había pasado ahí y le ofrecí disculpas y perdón, es un momento que he tenido. Pero aquí es importante entender que los pastores no somos todólogos, cuando nos equivocamos pido perdón, pero hay algo, nunca he regañado a nadie, no he tenido la necesidad de regañar a nadie, por su conducta o forma de ser”.

La sabiduría y prudencia es la clave, acotó al reconocer que si se ha equivocado, con todo gusto pide no disculpas, sino pido perdón.

Lo que hace, ¿es una misión?

“Es esa: hacer discípulos para Jesucristo”.

¿Cómo manejar la línea tan delgada con los políticos?

Responde: Ahí si no le entramos, al decir que apoyemos a la autoridad, que seamos ciudadanos que hacen bien las cosas no significa que se les acarreen los votos, dijo González Isás quien aceptó que no urge que reabran las iglesias, que primero es la salud.

Por lo pronto, este hombre continúa con el deseo de servir a su comunidad, ya sea con sus jornadas de limpieza, alimentación o dotación de agua y, en la congregación.

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