Rogelio Rodríguez Mendoza.-
Cd. Victoria, Tam.-
Cientos de agricultores tamaulipecos del distrito de riego 025, realizaron una manifestación frente a las oficinas regionales de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) en Monterrey, para protestar por el reparto inequitativo del agua de la Cuenca del río Bravo.
Aunado a lo anterior, amagaron con iniciar nuevas movilizaciones, como el cierre de carreteras y puentes internacionales, para exigirle a esa misma instancia entregue el agua que les corresponde para el riego del ciclo de siembra Otoño-Invierno 2020-2021.
En la marcha de ayer en la ciudad regia, los productores se plantaron frente a la sede de la dependencia federal, con mantas y pancartas en las que expresaban su inconformidad
“Quince mil agricultores del Distrito de riego 025 se verán afectados si no se reparte con equidad el agua de riego en la Cuenca del río Bravo”, se leía en una de las mantas.
El director del organismo de Cuenca de la Conagua, Efraín Muñoz Martín, les informó a los productores que habló a las oficinas de la directora nacional, Blanca Jiménez, “y que van a revisar su agenda para que los atienda y juntos revisen la problemática del incumplimiento del Tratado de 1994”.
Los agricultores están inconformes porque el agua que les corresponde de la Cuenca no está llegando a las presas tamaulipecas y eso pone en riesgo el riego para las siembras, por ello, señalaron que radicalizarán las protestas
El dirigente de la Liga de Comunidades Agrarias y Sindicatos Campesinos, de la Confederación Nacional Campesina (CNC), Raúl García Vallejo, dijo que el riesgo de que los agricultores se desesperen es grande porque no hay con quien dialogar en el Gobierno federal.
“Si el Gobierno no nos escucha tenemos que hacernos notar para hacer que voltee. No se trata de una necedad, solamente estamos reclamando lo que nos pertenece”, mencionó.
“El agua no nos está llegando. Está mintiendo la Conagua. Por eso queremos que haya una investigación para que nos expliquen dónde está quedando esa agua”, refirió.
Expresó su preocupación de que la inconformidad de las familias del campo se salga de control, porque además del tema del agua hay otras demandas para las que el Gobierno ha puesto oídos sordos.
