Desconsolada, una mujer de larga y negra cabellera, vestida con velos blancos, vaga por los canales de Xochimilco, en la Ciudad de México, buscando a sus hijos muertos por la pandemia de Covid-19.
La dramatización «está dedicada a la memoria de las personas que se fueron sin despedirse de sus seres queridos (…) y para las familias que han pasado por esta pérdida», dijo Nayeli Cortés, quien interpreta a «La Llorona» desde hace once años.
La dramatización «está dedicada a la memoria de las personas que se fueron sin despedirse de sus seres queridos (…) y para las familias que han pasado por esta pérdida», dijo Nayeli Cortés, quien interpreta a «La Llorona» desde hace once años.
El espectáculo sobrevivió a la crisis sanitaria con medidas como el uso de cubrebocas plásticos transparentes, en el caso de los actores que recitan parlamentos, y de tela con estampados de calaveras en el resto del reparto.
También gracias a un número reducido de espectadores, que tuvieron que usar mascarilla obligatoriamente.
«El no poder abrazar, el no poder tomar su mano, el no poder darle un beso (a los deudos) es muy frustrante, y por eso ahorita está dedicada a ellos», añade María Luisa Castillo, directora de escena.
Desde las embarcaciones que transitan por los famosos jardines lacustres, los asistentes observaron la trama de este personaje que conecta con el mundo prehispánico.