marzo 28, 2024
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noviembre 13, 2020 | 91 vistas

Chantal Martínez Díaz.-

Cd. Victoria, Tam.-
La familia Zapata Rivera vive en el ejido Dos de Octubre, que se ubica a una hora de la cabecera municipal de Llera, Tamaulipas; ahí es normal que se registren casos de embarazo adolescente y de violencia doméstica, pese a las campañas preventivas que impulsan las autoridades.

El caso que nos ocupa dio inicio con una relación entre una adolescente de 15 años y un joven de 22; ambos se conocieron en el pueblo, se frecuentaron y con el permiso de los padres iniciaron una relación, pese a que el muchacho le llevaba siete años.

Hubo en sus inicios la promesa de que la cuidarían y sobre todo la apoyarían, pero no fue así, en el hogar hubo violencia verbal y hoy enfrentan un litigio por la custodia de un hijo de dos años, producto de dicha unión.

La señora María Amalia Rivera Cano, madre de Valeria Zapata Rivera, cuenta que esta historia es la de su hija y pide la intervención de las autoridades y justicia, pues han sido objeto de omisiones jurídicas, amenazas y la inacción del Juzgado de lo Menor en Llera, Tamaulipas.

Luego de meses de relación y vivir juntos, a Valeria el padre de su hijo le pidió hace tres años que se fuera de la casa, dijo que ya no la quería y que no deseaba formar una familia con ella, en ese momento prometió hacerse cargo de la manutención del hijo, que incluía pañales, leche y demás insumos. La promesa solo duró unas semanas, pues con el pretexto de la pandemia dejó de hacerlo.

 

‘YO NO QUIERO QUE ME QUITEN A MI HIJO’

Valeria Zapata Rivera hoy, a sus 18 años, apenas si tiene ánimos para contar su historia, su vida ha sido trastocada y ni siquiera sabe qué hacer o cómo resolver esta circunstancia que hoy se le presenta en la vida.

Valeria hoy también presenta secuelas del maltrato y se ha hecho una jovencita de pocas palabras, no sabe cómo expresar lo que ha pasado. Apenas si logra articular un “yo quiero a mi hijo” y un “yo no quiero que me quiten a mi hijo”, no más.

El miedo se le nota, a su edad teme que el padre de su hijo le cumpla la amenaza y que las autoridades le concedan la custodia sin analizar el caso de fondo.

En el proceso legal ha habido presiones por parte de abogados del propio juzgado y hasta amenazas veladas y directas, que le hacen creer que está sola y que no hay justicia para ella y que está a punto de perder a su hijo.

 

EL CONTEXTO

En la unión de Jesús y Valeria se registraron diversos hechos que se configuran expresamente en violencia doméstica; de acuerdo a los testimonios lo peor se vivió durante el embarazo, sufrió de abandono y también de malos tratos y violencia verbal.

También presentó durante varios meses una desatención médica, pues no era llevada ni podía acudir a las consultas prenatales.

En una ocasión ella fue reportada como desaparecida porque ninguno de sus familiares tenía conocimiento sobre su paradero. Se interpuso incluso una denuncia de hechos, la cual fue retirada luego de que se supo que Valeria fue llevada a Monterrey, por su propia pareja.

Y sí, un hecho tras otro ha sido registrado. Los alcances legales comenzaron cuando luego de que ella fue corrida de la casa donde vivían juntos, el muchacho decidió acusarla de abandono del hogar,

Posterior a ello, se empezaron a presentar las amenazas y la inacción de la justicia.

 

TEMEN TRÁFICO DE INFLUENCIAS Y CORRUPCIÓN

La familia de Valeria teme que se estén dando actos de tráfico de influencias y corrupción, debido a que los padres del papá de su nieto es una persona con poder económico y les han vertido amenazas de que nadie les respaldará y que al final de cuentas la custodia quedará en manos del joven.

“Nosotros acudimos al Juzgado Menor de Llera, vine, pregunté, dije que si aquí arreglaban los casos de estos porque mi hija se había dejado, que él la corrió y me dijeron que en ese lugar no se veían esos casos y solo me mandaron a mediación”.

Según relata la madre de Valeria, al seguir las recomendaciones llevaron el caso a la mediación, pero ahí el joven no la atendió y no quiso mediar el asunto, por lo que decidió interponer una demanda para obtener la custodia del hijo.

“O buscando y preguntando, dije me voy a acercar al DIF a ver si ahí me apoyan”; no obstante tampoco hubo el eco y el procedimiento seguía empeorando y más porque ni siquiera tuvieron acceso a un abogado que les defendiera.

 

NO NOS NEGAMOS A QUE VEA AL NIÑO

La señora Amalia pidió la intervención de las autoridades para que en un principio se llegue a un acuerdo legal justo y en él se establezcan días y sobre todo horario de visitas, pues el muchacho acude cada que le da la gana.

Al igual, piden el respeto por parte de la familia y sobre todo que prevalezca el bien superior del niño, y que siga siendo atendido pues en la gestación, la madre presentó zika y se le dio seguimiento para evitar secuelas o algún daño a propósito de esa enfermedad.

Actualmente una fundación llamada La Vid de la Esperanza está apoyando a la familia de manera legal, no obstante requieren de la intervención de la autoridad para evitar que se sigan cometiendo más irregularidades. El teléfono de contacto es el 8110158833.

 

QUINTO LUGAR

De acuerdo con la estadística, Tamaulipas registró el quinto lugar a nivel nacional con mayor número de embarazos adolescentes, sobre todo porque las cifras siguen creciendo.

En 2010 se registraron hasta 14 mil embarazos adolescentes por año en Tamaulipas, lo que encendió las alertas para atender esta problemática que al menos en la entidad, sigue a la alza.

En 2019 se contabilizaron más de nueve mil embarazos adolescentes, lo que representa una baja significativa; no obstante, las gestaciones a esta edad además de poner en riesgo las vidas de las jovencitas.

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