abril 20, 2024
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noviembre 24, 2020 | 134 vistas

“Borat”, la polémica película del comediante inglés Sacha Baron Cohen en el año de 2006, que desde su estreno en Estados Unidos ha causado entradas millonarias y reacciones de repudio fue un largometraje dirigido por Larry Charles, guionista de algunos episodios de “Seinfeld” y director de “Curb Your Enthusiasm”, dos series de televisión que comparten la premisa del humor de Baron Cohen: un hombre se vuelve ridículo en el momento en el que los demás fingen que no se percatan del absurdo a su alrededor.

“Borat” sigue el esquema del programa de televisión que dio origen a la película a través de un hilo conductor simplón. El supuesto “reportero kazajo” cruza Estados Unidos para obtener lecciones de civilidad y progreso que beneficien a su país y de paso casarse con Pamela Anderson, de quien se enamora en una repetición de “Guardianes de la Bahía”. A partir de entrevistas con personas que aún no se han enterado de que “Borat” es un personaje ficticio, Cohen consigue que un vendedor de armas le aconseje sobre la mejor pistola para matar judíos, entre otras cosas.

Catalogada por críticos y espectadores bajo el rubro de “cringe comedy” –que puede traducirse como “comedia de pena ajena”– “Borat” es disfrutable desde una sensibilidad masoquista. O sádica, cuando los blancos del “reportero” son feministas furibundas a priori, que brincan de su asiento cuando les dice que en su país se considera que las mujeres tienen el cerebro más chico que el de una ardilla, o un profesor de humor que enrojece de ira cuando Borat es incapaz de entender los distintos tipos de chistes que existen.

Pero quizá otra faceta de “Borat” es la clave del éxito de una presencia que ridiculiza a todo un país: no tanto que el periodista kazajo catalice prejuicios atroces, sino que recupera lo que la tiranía de la corrección política ha arrebatado a las relaciones humanas, lo que incluye funciones orgánicas, deseos incivilizados y cierta libertad de actuar. Mi 9 de calificación a “Borat Subsequent Moviefilm” que es una película mucho más urgente y preocupada en el aquí y ahora. Y eso la vuelve perecedera a su pesar con esta estupenda continuación porque se burla y a la vez critica los prejuicios de la sociedad norteamericana.

El filme parece estar construido en dos partes, donde una de ellas podría no estar sin dañar el conjunto. Si por algo va a ser recordada “Borat 2” es, entre otras cosas, por habernos descubierto a Maria Bakalova, la actriz detrás de Tutar, la peculiar hija del protagonista al que da vida Sacha Baron Cohen. A sus 24 años, la actriz búlgara es la protagonista indiscutible de esta secuela y cuya existencia nos enteramos cuando ya estaba a punto de estrenarse en la plataforma en servicio de streaming Amazon Prime Video.

Recordemos que, como ocurría en el filme original de 2006, gran parte del metraje de “Borat 2” está formado por escenas de cámara oculta en las que Baron Cohen y ahora Bakalova ponen en aprietos a las personas con las que se van topando. En este caso, uno de ellos ha sido Rudy Giuliani, ex alcalde de Nueva York y uno de los principales partidarios de Donald Trump.

 

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