abril 26, 2024
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febrero 15, 2021 | 291 vistas

Rubén Jasso.-

Corría el año de 1995 cuando el destino lo trajo a Ciudad Victoria desde su natal Tlapehuala, en el estado de Guerrero, donde Miguel Ángel Santamaría Flores ya empezaba a escribir su historia como locutor de radio luego de terminar la carrera en Ciencias de la Comunicación.

La empresa Radiorama, para la cual trabajaba, le abriría las puertas y la oportunidad de trasladarse a Tamaulipas, llegando entonces a la Capital del estado para abrirse camino y echar raíces en esta tierra, donde se ha consolidado como locutor, además de incursionar desde hace tiempo en la cobertura de noticias.

“Yo inicié allá en Chilpancingo, Guerrero, como locutor en la empresa Radiorama, después se me hace la invitación para llegar a Ciudad Victoria y fue en 1995 cuando llegué a estas tierras”, dice al iniciar una charla con este medio.

Por necesidades de la empresa radiofónica, cuenta que en el año 2000 se trasladó a Reynosa y luego a la comarca lagunera, aunque después de un tiempo regresaría a la Capital tamaulipeca.

“Regreso a Ciudad Victoria trabajando en la misma empresa y tras el micrófono, haciendo programas de entretenimiento, musicales, con grupos, enlaces en vivo, entrevistas con artistas, en fin, todo ese tipo de actividades las realizaba por aquellos años y esto ha sido parte de lo que es mi trayectoria en el ámbito radiofónico”, recuerda.

 

INICIO DIFÍCIL

Sin embargo, Miguel Ángel recuerda que su llegada a Victoria en 1995 no fue del todo fácil, pues la nostalgia por su terruño se hizo presente, aunque también entendió que tenía la oportunidad de lograr un sueño que tenía desde pequeño.

“Fue complicado llegar a una Ciudad desde cero, pues esto representa un comienzo y esto fue lo que me sucedió a mí, además la añoranza del pueblo, eso definitivamente pegó fuerte en mí, pero afortunadamente traía las ganas de salir adelante, de lograr mi sueño, porque mi sueño siempre fue estar detrás de un micrófono y lo había conseguido primeramente con la oportunidad que me dieron allá en Chilpancingo”, recuerda.

Afortunadamente, dice que se encontró con grandes personas que en su momento lo arroparon y le brindaron la confianza para consolidarse en Victoria.

“Definitivamente llegar a Ciudad Victoria fue una bendición, porque me encontré con grandes amigos, con grandes compañeros en los que pude de alguna manera disipar esa nostalgia que sentía por la añoranza de mi pueblo y recuerdo a mis compañeros de trabajo, por ejemplo, al Tío Nacho (Isidoro Salazar Delgado), a Francisco González Doria, otro importante pilar en la comunicación aquí en Ciudad Victoria”.

Fue entonces que junto a los dos reconocidos personajes de la locución, Santamaría Flores se echó a cuestas la tarea de dar un giro total a la radiodifusora “Fiesta Mexicana”, reestructurando las cuestiones musicales y estableciendo sólidas bases para atraer publicidad a la empresa, además de innovar con enlaces en vivo.

“Empezamos a hacer cosas innovadoras y eso de alguna manera llamó mucho la atención de las personas; cuando ‘Fiesta Mexicana’ estaba funcionando antes de que yo llegara, prácticamente no tenía locutores, más que el área informativa con Francisco González Doria y el ‘Tío Nacho’ y algún segmento de música con una o dos horas con locutor en vivo”, explica.

 

UN SUEÑO DESDE NIÑO

Regresando un poco al pasado, Miguel Santamaría trae a su mente un episodio de su niñez, cuando su maestro de primaria llevó al grupo a una estación de radio para que observaran como se realizaba un programa infantil, una experiencia que lo marcó de por vida y alimentó su ilusión de querer ser locutor cuando fuera grande.

“Fue una experiencia muy bonita la verdad, me llamó mucho la atención desde el momento en que nos recibieron, el locutor que estaba en el programa empezó a platicar con nosotros y nos preguntaba esto y lo otro, fue una dinámica muy interesante y me llamó mucho la atención y jamás se me va a olvidar eso”, asegura.

Aún a su corta edad, el sueño de querer ser locutor empezaba a tomar forma, pero Miguel sentía que debía prepararse y complementarlo con algo más, enfocando entonces su mente en la poesía y la oratoria.

“A partir de ahí me empecé a interesar mucho en declamar y ser orador también, me gustaba mucho ese tipo de cosas y yo creo que lo hacía bien porque incluso en la escuela donde yo estudiaba me invitaban para participar en concursos a nivel de zona, eso fue en la primaria”, recuerda.

Años después, ya en la secundaria, eran más constantes sus participaciones en concursos, no solo con jóvenes de su estado, también con estudiantes de otras entidades, encontrando el apoyo necesario en sus maestros y otras personas que reconocían su talento.

Al paso de los años y ya en el umbral de su etapa como estudiante universitario, el camino a seguir estaba más que decidido, aunque Miguel Ángel reconoce que un principio hubo dudas en su familia al elegir la carrera de la que finalmente se graduó.

“Cuando tomé la decisión de estudiar Ciencias de la Comunicación, me preguntaba mi mamá qué porque había elegido esa carrera y yo le decía ‘es que yo quiero ser locutor, quiero estar en una estación de radio’ y me decía mucho ¿y ganan bien ellos? y yo le respondía que sí, aunque en realidad es un salario bajo y tienes que buscar otras actividades para poder llevar una vida más o menos económicamente”, sostiene.

 

GRANDES EXPERIENCIAS

Acerca de las experiencias que vivió en su momento como locutor de espacios musicales en “Fiesta Mexicana”, el oriundo de Tlapehuala, Guerrero, recuerda que entrevistó entre muchos otros artistas, a Lalo Mora, a los Cadetes de Linares, Bobby Pulido, La Mafia y Beto Quintanilla en aquel mítico centro de espectáculos “El Chaparral”.

“En ese lugar nosotros hacíamos transmisiones en vivo y esas trasmisiones incluían las entrevistas con los artistas, nosotros llegábamos con nuestros micrófonos y prácticamente entrevistamos a todos los artistas que estuvieron amenizando en ese lugar”, refiere.

Todas esas experiencias han abonado a la trayectoria de Miguel Ángel, y por lo mismo su voz es bastante conocida, de ahí que le llena de orgullo el hecho de que algún radioescucha lo salude en la calle, o que alguien lo reconozca en algún negocio, situación que le da más ánimo para seguir adelante.

“Cuando llegas a algún lugar y empiezas a hablar y te dicen ‘oiga usted es locutor’, o sea te identifican plenamente y eso definitivamente es algo importante, a veces también en la calle vas caminando y ‘Santamaría adiós’ y eso es muy reconfortante, te ayuda muchísimo a pensar en que todo lo que has hecho en cuanto a tu trabajo pues no ha sido en vano”.

 

LLEGÓ A LA TELEVISIÓN

Con el tiempo, también se abrió para él la oportunidad de estar en la televisión y aunque en un inicio se negaba a salir “a cuadro”, las circunstancias y una petición de su entonces jefe, le permitieron vivir una gran experiencia, donde además cosechó amistades con jóvenes talentosos que se abrían paso en la comunicación.

“Recibí la invitación de un gran amigo, Armando Galindo, a quien siempre reconozco mucho también su trabajo y su trayectoria que tiene como periodista, él fue quien me invitó a trabajar en Canal 8, una empresa que no es de Tamaulipas pero que tenía aquí su canal de televisión y fui invitado por él, yo en realidad nunca había hecho televisión y me resistía y él siempre me decía, ‘sal a cuadro’, (pero) yo le decía que no me agradaba mucho la idea”, relata.

Y agrega: “Sin embargo un día hubo la necesidad, no había quien estuviera al frente de un noticiero y me dijo ‘o entras o te vas’, entonces entré a conducir el noticiero, una experiencia también muy bonita que me dejó también un gran sabor de boca”, reconoce.

Sobre las amistades que ha cosechado en los medios de comunicación a lo largo de los años, Miguel las considera como su segunda familia, pues el tiempo y las experiencias vividas junto a sus compañeros de profesión, los ha unido al grado de verse casi como hermanos.

Por último, el locutor de “La Romántica 96.1 FM”, donde también conduce un espacio noticioso, señala que en diversas oportunidades ha dialogado con estudiantes universitarios que son futuros comunicadores, a quienes les aconseja dar su máximo esfuerzo cuando lleguen al terreno laboral y no hacerse a la idea de que es una profesión llena de “glamour” como muchos piensan.

“Hoy en día la comunicación debe ser el compromiso de estar informando a todas las personas a las que tú quieres llegar, sí he tenido esa oportunidad de platicar con jóvenes, de explicarles de que se trata y ellos lo entienden, también aceptan la importancia de la comunicación, no importa en qué lugar te encuentres, no debe importar la circunstancia en la que te encuentres, tu propósito es solamente informar o entretener o divertir según lo que tú hayas elegido hacer”, concluye.

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