Antonio Guterres, secretario general de la ONU, condenó «el uso de fuerza letal» en Birmania, donde unas horas antes se registraron dos muertos por disparos de las fuerzas de seguridad contra manifestantes que protestaban contra el golpe de Estado.
A través de Twitter, Guterres escribió: «Condeno el uso de violencia mortal en Birmania»; indicó que el uso de fuerza letal, intimidación y asedio contra manifestantes pacíficos es inaceptable. Señaló que todos tienen derecho a reunirse pacíficamente, por lo que hizo un llamado a todas las partes para que respeten los resultados de las elecciones y regresen al gobierno civil.
Al menos dos manifestantes murieron y una treintena resultaron heridos el sábado en Mandalay, en el centro de Birmania, por disparos de la policía durante una manifestación contra la junta militar, la actuación más violenta de las fuerzas de seguridad desde el golpe de Estado del 1 de febrero.
Estas manifestaciones de violencia se hicieron el día después de que muriera Mya Thwate Khaing, una joven de 20 años que era empleada de una tienda de comestibles herida de bala el 9 de febrero.
Centenares de policías fueron desplegados el sábado por la tarde en esta ciudad, la segunda del país, y los manifestantes congregados iniciaron un cacerolazo y algunos lanzaron objetos hacia las fuerzas del orden, que abrieron fuego.
Hlaing Min Oo, responsable de un equipo de socorristas voluntarios, señaló que uno de los fallecidos es menor de edad y recibió una bala en la cabeza.
Indicó que «la mitad de los heridos recibió disparos con munición real».
Tras el golpe, la junta militar, que ostenta el poder, sigue incrementando la presión contra el movimiento pro-democracia. Esto no parece amedrentar a varios miles de personas, que volvieron a protestar de nuevo en las calles de Rangún, entre ellos representantes de minorías étnicas en trajes tradicionales. Los manifestantes piden el retorno del gobierno civil, la liberación de los detenidos y la abolición de la Constitución, muy favorable a los militares.
En el centro de Tangún, cerca de la célebre pagoda de Shwedagon, una corona de flores fue depositada en honor a «Mya», como se conoce ya a la primera víctima mortal de estas protestas. Un manifestante señaló que la bala que la atravesó también llegó a todas sus cabezas, «Eres nuestra mártir».
Se prevé que se celebre una ceremonia en honor de la joven este domingo. Casi tres semanas después del golpe que puso fin al gobierno civil de Aung San Suu Kyi y a 10 años de frágil democracia, las condenas internacionales y el anuncio de nuevas sanciones no han logrado doblegar a los generales.
El internet permaneció prácticamente inexistente por sexta noche consecutiva, antes de ser restauradas en la mañana del sábado. Los arrestos continúan, con cerca de 550 detenidos en menos de tres semanas, entre ellos responsables políticos, funcionarios huelguistas, monjes y activistas, según una ONG de asistencia a los presos políticos.
En los últimos días, los enfrentamientos, los heridos y este sábado los muertos, aumentan de manera preocupante.
En el norte, en Myitkyina, pequeños grupos de manifestantes fueron dispersados el viernes por la policía y militares armados con matracas, según videos de testigos. Una profesora, que estaba en el lugar y se esconde ahora por miedo a ser detenida, declaró que había visto decenas de detenciones.
El miedo a las represalias está muy vivo en Birmania, que vivió 50 años, desde su independencia en 1948, bajo el yugo militar.
Se mantienen los llamados a la desobediencia civil, y médicos, profesores, controladores aéreos y trabajadores ferroviarios siguen en huelga, aunque sean los principales objetivos de las detenciones.
Los ministros de Relaciones Exteriores de la Unión Europea se reunirán el lunes para analizar eventuales medidas contra el ejército birmano.
Josep Borrell, jefe de la diplomacia europea señaló: «Condeno fuertemente la violencia contra manifestantes pacíficos por parte del ejército. Pido con urgencia al ejército y a todas las fuerzas de seguridad que frenen inmediatamente la violencia contra civiles».
La Organización Burma Campaign UK, pide medidas coercitivas contra los poderosos conglomerados controlados por los militares y sancionar a algunos jefes militares es simbólicamente importante, pero (…) es poco probable que tengan haberes que puedan ser congelados en la UE, y la denegación de un visado no equivale a más que una prohibición de vacaciones.
Estados Unidos, Reino Unido, antigua potencia colonial, y Canadá han anunciado sanciones contra algunos generales. Mientras tanto, Pekín y Moscú, aliados tradicionales del ejército birmano en Naciones Unidas, consideran la crisis como un
Con información de: milenio.com
TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR:
https://eldiariodevictoria.com/2021/02/21/eslovaquia-es-el-pais-en-el-mundo-con-mas-muertes-por-covid-19/
