abril 20, 2024
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abril 9, 2021 | 120 vistas

Chantal Martínez Díaz.-

Cd. Victoria, Tam.-
La historia de Henry, o Quique como le dicen, no es nada fácil; él tiene 40 años y está a cargo de su madre, doña Eva, quien padece esquizofrenia desde hace tiempo sin tener un apego al tratamiento, por la falta de recursos.

Cuentan que doña Eva tuvo dos hijos, a él (Luis Enrique) y a una niña, la cual le fue robada por su familia y entregada recién nacida a un matrimonio de Estados Unidos. La razón fue porque ya era madre soltera y la familia no permitía que volviera a “repetir la historia”.

Desde entonces el estado de salud de doña Eva se deterioró, perdió la razón y junto con ello la esperanza de vivir.

Cuando era pequeño a Luis Enrique lo dejaban solo en su casa para que su madre se fuera a trabajar.

Durante muchos años ella se dedicó al corte de limón hasta que perdió por completo el control de su comportamiento.

Ante ello, Henry tuvo que hacerse cargo de su madre y en ese entonces también de su abuelita.

Desde pequeño se le han negado las oportunidades laborales. El es oriundo del ejido Pedro José Méndez, del municipio de Llera. Ahí vive desde siempre.

Cuenta que otra circunstancia además del estado de salud de su mamá es su orientación sexual, con la que lo han criminalizado y hasta golpeado en varias ocasiones.

En Llera la oportunidad de trabajo que ha tenido hasta ahora es en el corte de cebolla, pero hasta hace unos días estuvo ahí debido a que tiene varios problemas de salud, y no cuenta con los recursos para análisis y tratamientos.

Primero comenzó con un desmayo y hasta ahora no sabe qué es lo que le pasa pues con el dinero que logró obtener del trabajo de la cebolla lo ocupó para medicinas de su madre y comida.

Ni Henry ni doña Eva reciben apoyos sociales de alguna administración. A ella la intentaron inscribir en programa de Pensión del Adulto Mayor, pero los «servidores de la nación» de Llera lanzaron al cajón el expediente y se los negaron. La señora ahora mismo tiene ya 75 años de edad y le han negado ingresar al apoyo.

Tras el desmayo, a Henry le pidieron exámenes generales (de orina, de glucosa, de sangre) para determinar qué es lo que le ocasionó el desmayo. Asimismo, requiere una consulta con el internista y el urólogo, pues también presenta problemas de salud.

«No es que no me quiera hacer los estudios, no me los hago porque no tengo con qué. A veces pienso que es mejor morirme, pero luego recuerdo que si Dios me tiene aquí todavía es por algo», afirma.

Luis Enrique Córdova Vázquez no tiene una cuenta de banco para recibir los apoyos, pero sí puede recibir envíos de dinero de Oxxo o mediante giros por parte de algún otro establecimiento. Su número de contacto es el 834-270-47-99.

 

ENFRENTAN SIN FAMILIA EL PROBLEMA

Cuenta Henry que doña Eva sí tiene familia pero prácticamente es como si no la tuviera. Recientemente les pidieron la casa de la abuelita, que es donde habitan, pero lograron convencer a los parientes de que los dejen vivir pues no tienen con qué pagar una renta.

«Como en el 2006 estaba muy mal mi mamá, nadie la podía controlar y por eso sus hermanos le pegaron hasta dejarla inconsciente», lamenta.

Por ello prefiere que mejor ni los vean porque en lugar de apoyarlos les generan más problemas.

Algunas amistades o vecinos que conocen de la situación y la entienden logran apoyarle para que puedan comer o incluso conseguir las medicinas.

La señora toma Valproato de Magnesio y Olanzapina para tratar el tema de la esquizofrenia.

«Todos los días toma hasta seis pastillas cuando tenemos el tratamiento, pero hay otros que no tenemos ni para comer».

 

SE BUSCA EMPLEO

Henry aclara que no busca solo la asistencia social. Ahora mismo por las cuestiones de salud se le dificulta, pero él pide ayuda para obtener un empleo.

Cuenta que le gusta mucho limpiar casas o lavar ropa. También sabe trabajar las ventas.

Por lo pronto a Henry y a su mamá les urge una revisión médica a fondo para poder seguir haciéndole frente a las vicisitudes de la vida.

Hoy, Luis Enrique confiesa que hace unos tres años se fue, hizo el intento de hacer su vida, pero se enteró que su madre lo estuvo buscando y regresó con ella.

«Tal vez si mi madre hubiera sido otra las cosas serían diferentes. Ya no estaría aquí, pero ella me cuidó y no puedo dejarla así», señala.

Doña Eva actualmente tiene episodios de agresividad severos, los vecinos no han logrado entender que lo que provoca la furia en ella es la esquizofrenia; no obstante, él tiene un poco de esperanza para creer que en esta ocasión sí habrá alguien que le eche la mano para salir adelante.

Henry ahora mismo tiene como su único escape las lágrimas. Con ellas, al menos, se desahoga.

 

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