abril 26, 2024
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abril 15, 2021 | 136 vistas

Francisco Ramos Aguirre.-

El pasado lunes 12 de abril se llevó a cabo en la Heroica Ciudad de Camargo la conmemoración del 209 aniversario de la rebelión insurgente de los indios carrizos de la misión de San Agustín de Laredo, los que en su proclama hicieron eco de las consignas políticas del Movimiento de Dolores del padre Miguel Hidalgo y Costilla. El evento, que se realiza por vez primera en esta comunidad fronteriza, fue autorizado, bajo acuerdo del honorable cabildo local, para que tuviera lugar bajo los protocolos vigentes de la sana distancia, debido a la contingencia sanitaria existente, así como subrayando el hecho de que se trataba de un acto cuyo objetivo era estrictamente de carácter educativo y cultural.

La celebración se hizo en tres actos, todos ellos revestidos de gran simbolismo. En primer término, tuvieron lugar la salutación a nuestros símbolos patrios, frente al inmueble donde se encuentra el sitio histórico de la antigua misión de los indios de San Agustín de Laredo, que se ubica en el extremo sur de la plaza Juárez de esta ciudad. El segundo paso fue la realización de una marcha de los asistentes a lo largo de la calle Libertad, la principal arteria de la ciudad, hasta llegar a la Plaza de Armas y de allí girar una cuadra hasta el cruce de las calles Belisario Domínguez y Pedro José Méndez, donde se localiza el jardín de Niños “Olivia Ramírez.” Ahí se encontraba en 1812 la casa del alcalde de la villa, José Pérez Rey, cuando llegaron los indios insurgentes de la misión al mando de su capitán, Julián Canales, trabándose un combate que culminó con el triunfo de los rebeldes.

En dicho escenario, y ante un nutrido grupo de invitados, se develó una placa conmemorativa en la que se inscriben estos hechos, y que estará en lo sucesivo a la vista de toda la gente. Enseguida, y como parte final, los asistentes acudieron a la vecina iglesia parroquial de Santa Anna, donde se relató la forma en que se proclamó la independencia durante esos mismos acontecimientos, a cargo del líder de la rebelión. Cabe señalar que esta conmemoración, impulsada por el Gobierno municipal de Camargo, tuvo como referencia los actos que a nivel nacional se están desarrollando en el ámbito institucional y académico con motivo de los 200 años de la Consumación de la Independencia de México, y en lo que también intervino el consejo de la Sociedad Tamaulipeca de Historia.

La realización de esta remembranza estuvo presidida por la presidente municipal de Camargo, Leticia Peña Villarreal, el Honorable Cabildo y funcionarios locales. Igualmente, se contó con la activa y relevante participación de monseñor Eugenio Andrés Lira Rugarcía, obispo de la Diócesis de Matamoros, lo mismo que del doctor Octavio Herrera Pérez, profesor-investigador de la Universidad Autónoma de Tamaulipas y el antropólogo Martín Salinas Rivera, cronista de Reynosa.

Como un detalle interesante, los asistentes al evento tuvieron la oportunidad de visitar el interior del inmueble, donde se encuentran los vestigios de la misión de San Agustín de Laredo, y de la que son visibles cinco arcos de piedra labrada que datan de la década de 1750, es decir, hablamos de la edificación más antigua del norte de Tamaulipas. Allí, monseñor Lira Rugarcía se mostró muy conmovido, al constatar que se encontraba en un suelo donde había iniciado la cristianización de la región del bajo río Bravo. El Obispo, con los atuendos propios de su jerarquía eclesiástica, hizo una profunda reflexión, basado en los conceptos filosóficos de San Agustín y del Papa Francisco, sobre la importancia de mantener viva la memoria histórica de los pueblos, como un recurso que brinda muchas fortalezas a sus comunidades para enfrentar los retos del presente y del futuro.

Incluso con enorme sensibilidad por el conocimiento de la historia, exhortó a los presentes a sumar esfuerzos para ver si fuera posible la adquisición de esta propiedad, para que forme parte del patrimonio histórico y cultural de todos los tamaulipecos y pueda ser protegida por las autoridades. Al final, celebró una solemne paraliturgia en memoria de los indígenas que en ese lugar fueron sepultados.

 

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