abril 26, 2024
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abril 27, 2021 | 146 vistas

Con un más que buen guión de Brian Duffield y Matthew Robinson la textura de esta película de Michael Matthews se parece bastante a la de tantas películas basadas en sagas literarias para adolescentes que se han hecho en los últimos años encima el protagonismo del joven actor norteamericano Dylan O’Brien, de “Maze Runner”, provoca la relación inmediata.

Pero acá no hay que rendirle pleitesía a ningún público cautivo, más bien la libertad para proponer un viaje junto al protagonista por un mundo imprevisible y hacer paradas en destinos que pueden provocar una enorme melancolía, como toda esa secuencia en la que Joel comparte un diálogo existencialista y sensible con un robot que le hace compañía mientras duren los pocos minutos de batería que le quedan. Si pensamos en descartarla de entrada, “Amor y monstruos” nos convence velozmente de no hacerlo.

Hay aquí otra cosa, un relato de aventuras sumamente atractivo, una historia que piensa en los personajes antes que en la tecnocracia del CGI y que construye pequeñas y buenas secuencias de suspenso y acción. En la sinopsis oficial de la trama, han pasado siete años desde que una horda de monstruos arrasó el mundo. Joel ha vivido estos años escondido en el subsuelo, pero, cuando consigue contactar por radio con su novia de la escuela, decide arriesgarlo todo y viajar 150 km. para verla.

El actor estadounidense Dylan O’Brien, de la saga “Maze Runner: El Corredor del Laberinto”, deberá volver a correr para salvar su vida en un mundo postapocalíptico habitado por bestias gigantes en “Love and Monsters”, con el amor en una Tierra plagada de monstruos gigantes ha conseguido colarse entre los contenidos más vistos de Netflix en todo el mundo. Porque es el último bombazo estrenado en la plataforma, que se ha situado entre sus contenidos más vistos en todo el mundo.

El mundo post apocalíptico y monstruoso en el que se ven inmersos Joel (Dylan O’Brien) y su amigo canino Boy ha conseguido enamorar al público, que se pregunta si su historia podría tener una continuación. Insectos gigantes, anfibios horripilantes o robots parlanchines, el filme muestra el viaje que Joel emprende desde el búnker en el que se oculta con su colonia, hasta el lugar donde sobrevive su amada Aimee (Jessica Henwick) en este horrible nuevo orden mundial. Por el camino se encuentra con su amigo perruno y con un par de personas que le enseñan a sobrevivir en la superficie, tras siete años encerrado y ajeno al exterior.

Mi ocho de calificación a esta cinta que desde el año pasado por la pandemia global de covid se vio de manera limitada en algunos cines y ya está disponible en la plataforma de Netflix. Es que el mundo se defendió de un ataque provocando una tragedia mayor, y ahora los insectos se han convertido en bestias gigantescas que amenazan con exterminar a la población. Su deseo, ante la imposibilidad de que le acepten su rol de hombre de acción, es salir de ahí rumbo a otro bunker, donde vive su gran amor a quien no ve desde que comenzó todo.

Si vamos a morir, piensa Joel, hagámoslo heroicamente en búsqueda de aquello que deseamos. “Amor y monstruos” es todo lo concreta que su título presenta: el amor es lo que motoriza el viaje del protagonista y los monstruos son quienes se interponen ante su objetivo. Y tiene la inteligencia para trabajar las emociones sin caer en excesos, aun cuando pone en primer plano a un personaje absolutamente enamoradizo. La esperanza en “Amor y monstruos” alcanza varios niveles.

Primero, la esperanza del protagonista, su optimismo medido de poder alcanzar un objetivo. Pero también la esperanza de saber que este tipo de relatos, que han sido profanados por una repetición de sagas sin sentido, todavía tiene novedades y sorpresas para dar. O, tal vez, la sorpresa sea encontrarse con un director capaz de darle un aire renovado a imágenes que están ahí y que solo necesitan alguien que las trate con cariño.

La otra esperanza funciona por contexto en una película filmada sin tener en cuenta todo lo que iba a pasar en el planeta. Y es la idea de una película que habla de salir del agujero y arriesgarse ahí, en la vida, mientras afuera, en lo real, el mundo que habitamos los espectadores está tan raro. Y es que el fortalecimiento de su nueva valentía y su espíritu esperanzador lanzado a través de la radio a todas las colonias, hacen que todos vean la posibilidad de una forma diferente de vivir.

 

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